La luz indirecta es un sistema de iluminación especial que destella sin importunar y, por lo general, no sabemos desde dónde. Es el recurso lumínico más taquillero de los últimos tiempos para demarcar espacios y crear atmósferas íntimas o muy teatrales. ¿Dónde se oculta? Aquí sale del anonimato.
El juego de las luces
La luz indirecta es un sistema de iluminación especial que destella sin importunar y, por lo general, no sabemos desde dónde. Es el recurso lumínico más taquillero de los últimos tiempos para demarcar espacios y crear atmósferas íntimas o muy teatrales. ¿Dónde se oculta? Aquí sale del anonimato.
José Ramón Villalobos
La iluminación indirecta no es egocéntrica ni admite protagonismos, más bien resplandece desde el retiro. Tiene el poder de crear efectos emocionales y cálidos en ambientes donde vale más el diseño, la decoración, que el hecho puro de convocar la claridad para vencer la oscuridad. Pues su luminosidad irradia otra historia: ilumina marcando arquitectónicamente los espacios con una audacia tal que no sabemos desde dónde ; se maneja con una discreción inaprensible que sólo en ocasiones sabremos dónde se domicilia.
Ante todo, la luz indirecta es un sistema de iluminación que suelen usar los arquitectos e interioristas, entre otras razones, para ampliar ambientes evitando las sombras. Para lograr esos resultados, emplean este estilo de luz inmodesta y libre, que puede rebotar en el techo, pared o piso, y expandirse. ¿Sus características? Se ubica en posiciones estratégicas y no muestra intimidades como el bombillo que se oculta en las entrañas de una lámpara o en diseños especiales para su instalación. Que no se preste a confusión: este esquema no persigue acentuar elementos y texturas, para esos objetivos se acude a la directa que sí protagoniza porque irradia con indiscreción, tiene un destino definido.
Una oficina, un salón, un pasillo, una habitación y hasta una cocina reciben sin dificultades este sistema indirecto muy taquillero por estos años. He aquí algunas de sus ventajas: 1. Proporciona una distribución de iluminación suave y uniforme. 2. Mantiene una buena relación de contrastes entre diversos entornos. 3. Permite graduar su intensidad. 4. Crea una sensación agradable, íntima y acogedora. 5. Minimiza los reflejos en las pantallas de los monitores de computadoras y televisores. 6. Genera la sensación de amplitud en lugares de mínimas dimensiones. ¿Desventajas? Las tiene: los objetos tridimensionales se ven más planos por la ausencia de sombreado, y su instalación genera costos por encima de otros esquemas de alumbrado (ver recuadro).
INTENSIDADES
El desembolso para instalar un sistema de iluminación indirecta en casa u oficina varía según el tipo. Se pueden encontrar alternativas sencillas y económicas (muy artesanales) hasta onerosas opciones que requieren de asesorías arquitectónicas.
››Lámparas de pared y techo
Suelen ser pequeñas y eclécticas. Se sugieren para espacios donde transitan niños porque son seguras (sin cables en el piso). Han aumentado su demanda
porque no ocupan espacio y su luz rebota con estoicismo y alcance. Para regular la intensidad de su luz (y ahorro de energía) se les instala un dimer
››Lámparas de pie
Por sus diseños y formas son más protagonistas y decorativas, y en consecuencia, algo costosas. En Caracas hay muchos modelos de colección de diseñadores europeos o de renombre. Generalmente, arrojan la luz hacia arriba y hacia abajo.
Se proponen para iluminar desde las esquinas
››Martillo
Acepta tres formas de luz indirecta 1. el llamado click strip (una cápsula halógena de luz cálida) compuesta por tiras flexibles con bombillitos contiguos (cada uno de cinco vatios). Viene en presentaciones de un metro a un valor promedio de 500 mil bolívares cada uno. 2. conductos fluorescentes en diferentes tonos de color. La instalación de este sistema ronda los 60 mil bolívares. 3. la llamada "manguera" (la que entrelazan en árboles y pilares) ; su intensidad es baja y amarillenta, y su efecto muy arquitectónico. El metro lineal cuesta 40 mil bolívares, aproximadamente
Estilos lumínicos de presentación
Este sistema guarda una estrecha relación con las lámparas de pie, pared y techo (no tanto las de mesa), que en cualquier caso son diseñadas exclusivamente para crear ese efecto sutil que se persigue con este boceto de luz. Una descripción ilustrativa: las habitaciones o recibidores con una lámpara de pie en una esquina, que funciona como fuente de iluminación de incuestionable alcance (la irradiación salta al techo y reposa en la superficie, según la capacidad de los vatios) y, a la vez, puede representar un elemento decorativo en el espacio. Es decir: de día es un guiño estético (una columna delineada) y de noche ilumina hacia arriba sin importunar. Perfecta composición muy usada de luz indirecta.
La otra manera de presentación merece un párrafo aparte. Pues requiere de trazos como los llamados "martillos", que son esos diseños arquitectónicos (o huecos) que se habilitan en las paredes, techos o pisos, para colocar fuentes de luminosidad indirecta o instalaciones eléctricas. Esta especie de nicho sobresaliente, es muy utilizado en pasillos, comedores y salas, desde cuyo interior se proyecta una luz de notable eficacia que apenas percibimos. Los arquitectos venezolanos son muy sensibles a este modelo, allí sitúan con frecuencia fuentes indirectas con cápsulas halógenas, fluorescente o incandescente. "Los martillos" son más rigurosos (y costosos) que la utilización de una lámpara.
Los matices de los bombillos aquí no tienen una característica especial. Pero como estamos hablando de la búsqueda de aires cálidos, por lo general, son más bien opacos y sombríos. Por ejemplo, si utilizamos luminarias (bombillos) incandescentes en una lámpara de pie o pared obtendremos ese tono amarillento muy identificado con este sistema. Claro, el fluorescente, también, es un recurso provechoso porque permite jugar con sus distintas temperaturas de color (desde muy amarillas hasta muy blancas). Es cuestión de definir los propósitos para los cuales se empleará la iluminación indirecta, bien complementaria (auxiliar a la directa) o como una única fuente de luz.
Con otras combinaciones de luz
Para implementar estos métodos debemos definir para qué los queremos, vale decir, sincerar las necesidades lumínicas del área. Si aspiramos resaltar piezas decorativas o entregarnos a la lectura, la directa es la adecuada (más blanca) porque interviene, acentúa ; ahora, si el objetivo es iluminar zonas de paso y recreación (como pasillos, vestíbulos, salas de estar), la indirecta ahí se luce con todo. ¿Se pueden combinar ambos puntos? Sí, perfectamente: una sala de estar con un televisor o un pasillo con espejos y objetos, son las mejores tribunas para esa convivencia, pero la indirecta como dice el refrán: arrojará la luz y esconderá la mano.