Hay una anécdota curiosa de la que fue protagonista Sir Winston Churchil.
Cuentan que al acabar la guerra una dama le invitó a cenar a su casa y que, cuando llegó, se quedó un tanto sorprendido, incluso horrorizado, del mal gusto de la señora en cuestión, rallano en lo chabacano. La buena señora le preguntó, tras visitar la casa, si le había gustado su preciosa casa y W.Ch. le contestó muy sinceramente que no le había gustado. La señora, un poco molesta, sólo pudo decir que "bueno, sobre gustos no hay nada escrito", a lo que W.Ch. contestó con esa tradicional flema inglesa... "se equivoca Usted Señora, sí que hay mucho escrito ; lo que sucede es que Usted no ha leído nada".
Digo esto porque es cierto que cada uno tiene sus gustos y todos son tan respetables y objetivamente buenos o malos como personas hay opinando ; porque todos tendemos a pensar que nuestro gusto es el bueno.
Dicho lo cual añadiré que a mí también me gusta más la madera. Pero que me parece estupendo que otras personas tengan otras opiniones, que respeto y a las que procuro no ofender con un vocabulario, cuanto menos, fuera de lugar.
Por cierto, en esto no se ha seguido ninguna política de hechos consumados ; hay un acta de Junta de la Comunidad de Propietarios en la que expresamente se aprueba la instalación de pérgolas de aluminio gris (como la carpintería exterior de la urbanización)... o de madera, a gusto del consumidor.