Os dáis cuenta lo triste que es tener que estar diciendo los carnés que debemos autoasignarnos. La piscina es de todos y aquí estamos autoregulándonos el acceso.
Pero como parece que no hay otra opción ahí va mi propuesta: si se reparten carnés en función del número de personas empadronadas por vivienda, perjudicamos a las personas que no vivan allí pero que son propietarios que pagan sus recibos ; si se hace en función del número de personas que cada uno diga que viven en su casa también estamos fastidiados porque cómo vamos a fiarnos? ; si se da a cada casa un número perjudicamos a los que no tengan familia ; si damos un número corto, las familias numerosas se juegan a la carta más baja quién se queda sin piscina?.
Otra cosa que no hace mucha gracia es que el carné sea nominal y con foto. Nos van a revisar luego el carné de identidad para verificar los datos como si fuera un policía el portero de la piscina. Me parece que viviríamos en una urbanización "policial". A los bebés también?.
Así que, por muy radical que sea, podríamos hacer una media entre el número de personas empadronadas y las que "viven", calcular el máximo entre todas las viviendas y dar ese número de carnés a cada una. No sé si es justo en el 100% de los casos pero si en un piso viven 10 personas las 10 deberían tener derecho a ir a la piscina. Y si uno vive sólo pues tendrá la opción de llevar a más gente -amigos, familia o lo que sea.
No obstante, un comentario: Antes vivíamos en una urbanización con piscina. Por piso había un carné y lo llevábamos. Podía entrar la gente que fuera acompañando al portador del carné. Éramos unos 80 vecinos y en tres años ni un problema, con una piscina mucho más pequeña y mucho menos espacio.
Por esto, os digo que quizás deberíamos ver cuál es el comportamiento en general de la gente con el resto de instalaciones comunes.
Llegado el caso también deberíamos a lo mejor limitar el número de niños/as que pueden acceder a la zona de juegos. ¿Sólo los propietarios?. Si viene un amiguito/a, primito/a de nuestro hijo/a pues que mire y que ... ¿Dejamos a los de fuera jugar?. ¿Cuántos por vivienda?.
¿Las limitaciones nos ayudan a vivir mejor o nos cohiben?.
Siento la charla pero este tema me saca de quicio, aunque algo hay que hacer.