Siempre hay que analizar las cosas profundamente, en primer lugar pienso que fue un error (otro más) la edificación del local en la 39.3 (que no computaba en la edificabilidad de la parcela) imputándole la propiedad y el uso a las tres cooperativas, máxime cuando se sabía que las cooperativas iban a tener una vida limitada.
Por otra parte, parece que existió un acuerdo entre los consejos rectores para compensar por esta propiedad a los cooperativistas de la parcela 37 y así liberar la propiedad y el uso para los de la 39. Acuerdo que nunca trascendió a la asamblea de socios (que cada uno tome sus conclusiones).
Ahora el problema lo hereda la comunidad de propietarios de la 39.3, me parece claro que el uso del local lo tenga que regular la propia comunidad en cuanto se le imputan directamente los gastos comunes del mismo (mantenimiento, limpieza, electricidad, seguro, seguridad...).
Por tanto, dejando a un lado la cuestión de propiedad que habrá que resolver (y que lógicamente no se sostiene que un local en una comunidad, sea propiedad de otra comunidad), mi opinión es que todo propietario o comunidad de propietarios, salvo la propia, que quiera usar el local, debería abonar en el futuro una tasa de uso y someterse a las reglas de se impongan para este uso y de esta manera no se entraría en el debate de desconfianza que se está generando hacia una u otra parte, después de lo que hemos pasado.
En estos primeros meses, hasta que se cierren todos los temas comunes, lo lógico es que se posibiliten las reuniones dentro de un orden.