Torrezno y takeda:
Escribo desde una IP variable. Aunque me busque el mismísimo Satanás no me encontraría nunca, estoy conectado mediante Wi-Fi a un servidor que está ahora mismo en... la India. Lo reconozco, soy el Bin Ladem de la informática, me pueden buscar hasta por satélite, que no me encontrarán. Soy tan sabio que no le pago a nadie el servicio ADSL que utilizo. A la vez, soy tan estúpido que llevo 7 años en manos de Ofigevi, ayuntamiento y políticos varios esperando por esta vivienda de los... (palabra que, casualmente, rima con Ahijones).
Totalmente de acuerdo con takeda, el 98% de los cooperativistas no quiere oir, no quiere ver y teme hablar y como el otro 2% (nosotros, disculpadme por incluirlos) somos estúpidos, pues el negocio queda cerrado. Así que, torrezno, hablemos de la redondez de la Tierra, un tema científico y apasionante:
Hace 2200 años, Eratóstenes observó el día 21 de junio, el más largo del año, que la sombra proyectada por unas columnas se achicaba cuando se acercaba el mediodía. Y cuanto más se acercaba el Sol a las 12, este daba de lleno en el fondo de un pozo que otros días estaba a la sombra. Entonces, precisamente a las 12, las columnas no daban sombra y el sol brillaba directamente sobre el agua del pozo. A esa hora el sol estaba exactamente encima.
Eratóstenes se preguntó si un palo vertical situado en Alejandría a la misma hora, daría sombra a las 12 del mediodía. Resultó que sí daba esa sombra.
¿Cómo era posible que en el mismo día y hora un palo en Esaín no diera sombra y un palo en Alejandría que estaba a 800 km hacia el norte, sí la diera?
Si en un momento dado ninguno de los dos diera sombra, sería comprensible siempre que la Tierra fuera plana, al igual que si la extensión de la sombra fuese igual en ambas ciudades.
¿Pero cómo era posible que en el mismo instante no hubiera sombra alguna en Esaín y sí en Alejandría? La única respuesta posible es que la Tierra fuera curva. Y además cuanto mayor era la curvatura, mayor era la diferencia en la longitud de las sombras.
Palos iguales situados en diferentes ángulos respecto al Sol darán sombras de diferentes tamaños.
Según la diferencia observada en los tamaños de las sombras la distancia entre Alejandría y Esaín, tendría que ser la equivalente a un arco de 7 grados. Es decir, que si imaginamos que estos palos se prolongan y se unen en el centro de la Tierra, lo harían con un ángulo de 7 grados. 7 grados es más o menos la cincuentava parte de la circunferencia de la Tierra completa (360°).
Eratóstenes sabía que la distancia Alejandría – Esaín era de 800 km. Pues bien, 800 km x 50 = 40 000 km
Esa debe ser la circunferencia de la Tierra.
Por si no te ha quedado claro:
Aclaración para el 98%. Por favor, no penseís que el problema del piso me ha vuelto loco. Este es un mensaje que solo entenderá un 2%.