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Denuncia que en el año 2000 les aseguraron que sus viviendas estarían en dos años. Aún no han llegado a urbanizar.
Madrid- Cuando en el año 2000, Ángel Alberto Montero decidió invertir su dinero y su futuro en un piso en el sureste de Madrid, no podía imaginar que su vida se convertiría en un caos de papeleos y tribunales, sin ver un sólo ladrillo. Como él, 15.000 cooperativistas denuncian que han sido estafados por una gestora inmobiliaria, Ofigevi, que han perdido más de 50 millones de euros y que les han dejado sin casa.
«Todavía me acuerdo de cómo, en 1997 se vendían a bombo y platillo los nuevos desarrollos del sureste», recuerda Ángel, que, atraído por los bajos precios, decidió invertir casi 40.000 euros en su futuro hogar en Los Ahijones. En esta zona del desarrollo urbanístico, junto con El Cañaveral, Los Berrocales y Los Cerros, las excavadoras comenzaron a trabajar los solares, pero poco duró la alegría de los cooperativistas, a los que les habían vendido que los pisos estarían construidos en dos años, y ya van trece.
«Les dijeron que sería un año para urbanizar y otro para hacer las casas, pero lo que no sabían era que lo que había comprado la gestora era suelo bruto, esto es, sin agua, luz, etcétera, –explica una representante legal de los asociados–. Ellos creían que urbanizar era hacer los jardines y la piscina».
El desarrollo de un suelo bruto es un proceso que dura muchos años y lleva mucho tiempo, puesto que hay que llevar los servicios básicos a una zona completamente nueva. Con la actual crisis inmobiliaria, muchos de los propietarios de ese suelo –las cooperativas son un pequeño porcentaje del total– han preferido paralizar esa urbanización a la espera de tiempos mejores, ya que el dinero que paga esas obras proviene de la venta de los pisos que se harán en el lugar y que la crisis ha eliminado de la ecuación.
Ante este panorama, la gestora Ofigevi tenía la intención de cobrar cuanto antes. Para empezar, buscaban a los interesados en comprar una casa a bajo precio para formar las cooperativas. Después cobraban por adelantado los gastos de gestión del dinero que aportaban. «Su porcentaje oscilaba entre el 30 y el 80 por ciento del total», señala Ángel.
La supuesta estafa que denuncian no se limitaba a cobrar más de lo debido y por adelantado. Cada cooperativa tiene un consejo rector que se ocupa de desarrollar su proyecto y que, habitualmente, da poderes a la gestora para que realice los trámites jurídicos y financieros necesarios. Este consejo debería estar formado por miembros asociados, pero los afectados denuncian que Ofigevi procuró tener a familiares y amigos en estos puestos. De hecho, los cooperativistas aseguran no haber visto un euro del 500 por ciento de plusvalía que se ha generado en los suelos de los que son propietarios. «La casa tendría que salirme gratis a este paso», exclama Ángel. Pero lo peor de esta situación no es que les hayan perdido el dinero generado por esos solares, ni que sus casas no estén construidas hasta dentro de muchos años, sino que pueden perderlo todo. Aseguran que las actuaciones de la gestora han arruinado a los asociados que ahora tienen sus terrenos amenazados por las deudas contraídas durante este tiempo. «Quienes contrataron una cuenta vivienda y desgravaron por ella en la declaración de Hacienda tienen ahora que devolver todo ese dinero ahorrado», cuenta Ángel Alberto. Además, según dice, Ofigevi no sólo no pagó los impuestos de esos terrenos, sino que se metió en diversos litigios con Hacienda y otras empresas que, tras haberlos perdido, obligan a pagar indemnizaciones millonarias.
El cooperativista de Los Ahijones explica que hay personas que han tenido que pedir un crédito para pagar estas deudas y no tienen su casa. «Una mujer tiene todos sus ahorros en la cooperativa. Hay auténticos dramas», asegura. A esto se añaden todos los asociados que quieren darse de baja y no hay dinero para pagarles, como es el caso de Ángel. La solución, según explica la abogada de varios asociados, en muchos casos pasa por ir a un concurso de acreedores que permita bien recuperar lo invertido, bien retrasar los pagos y que los hijos de los cooperativistas puedan tener su casa cuando se desarrolle todo el entorno.
«Esto ha sido como una mala inversión en bolsa que, por culpa de un mal gestor, ahora está en la UVI y veremos si se puede recuperar». Para ello, los asociados preparan una querella contra Ofigevi que se presentará la próxima semana. También van a reclamar a la aseguradora que, obligatoriamente, debe respaldar el dinero invertido y ahora se lava las manos, así como a las cajas de ahorros que no comprobaron que esas cantidades estaban protegidas.
El gran negocio del sureste
Junto al PAU de Vallecas, en el sureste de Madrid está previsto que se desarrollen seis nuevos barrios: La Atayazuela, Valdecarros, Los Cerros, El Cañaveral, Los Ahijones y Los Berrocales. La supuesta estafa de Ofigevi afecta a los cuatro últimos que, en dos de los casos, han dado al traste con la esperanza de miles de cooperativistas. La crisis inmobiliaria ha paralizado el desarrollo de Los Ahijones y Los Berrocales, provocando la huida en masa de los asociados que no podrán recuperar su dinero, en poder de la gestora. Una quiebra que, aunque se resolviese, no solucionaría que los pisos no se construirán hasta que la situación económica mejore. El caso de El Cañaveral es más esperanzador porque fue de los primeros lo que supone que la urbanización está prácticamente terminada y en breve comenzarán a levantarse los bloques de viviendas. Además, al ser la primera cooperativa, Ofigevi no cobró tanto dinero a cuenta como en las demás