.- Hola, ¿qué estás plantando? Le pregunto a un hombre mayor que veo cavando hoyos en la ladera del parque, que da entrada al Cañaveral por la calle Cilantro.
.- “Fresnos, planto donde puedo y donde veo que hace falta; también planto encinas , llevo mucho tiempo haciéndolo por mi cuenta.” me comenta con naturalidad.
.- ¿Pero si plantas retoños de fresnos y encinas, tardarán mucho tiempo en crecer? Le comento.
.- ¿y que más da?, ya crecerán.
.- ¿Pero sin riego, ni nada?
.- “¿Y cómo crees que crecen en la montaña?
.- Me doy cuenta de lo urbanas y absurdas que son mis preguntas y decido llevar la conversación a una parte más personal.
.- Soy Rafa y ¿tú?
.- “Alfonso” contesta mostrando mucha cercanía, lo que me anima a acercarme más y charlar distendidamente.
De la encantadora conversación que tenemos, saco la conclusión de que Alfonso no planta para él, sino porque ama, siente y vive la naturaleza de la que forma parte y confía en la selección natural y el azar como parte de la vida de cada retoño que planta.
Un espíritu libre, un vecino de Coslada que lleva años cultivando desinteresadamente semillas de árboles que pacientemente ayuda a crecer en su casa. Para luego, con todo su mimo, plantarlos en sus alrededores.
Ya no puedo dejar de preguntarme, al pasear y ver un pequeño alcorque con un retoño en medio del campo, si será otro de sus pequeños sueños cumplidos.
Otro mundo tendríamos, si generosa y solidariamente intentaramos dejar a nuestras futuras generaciones un mundo mejor y más saludable.
Gracias Alfonso por enseñarme tanto en una fortuita y entrañable conversación matinal en el Cañaveral.
“Una persona puede cambiar las cosas aunque sólo empiece plantando un árbol” Wangari Maathai
Editado por rafanaro 30/11/2021 20:35
Editado por rafanaro 1/12/2021 14:57