Mi nombre es Daniel Isasi y vivo en una de las viviendas que Bigeco tiene alquiladas en la Avenida Monasterio de Silos del madrileño barrio de Montecarmelo. Desde el día de entrega de la mencionada vivienda, tengo problemas con varios de los servicios que aparecen en el contrato de alquiler. Concretamente con la caldera y el aire acondicionado. No voy a explicar los inconvenientes que esto me causa ni voy a enumerar el gran número de faxes, correos, llamadas y burofaxes que he mantenido con el servicio postventa de Bigeco. Después de 17 meses he conseguido que la caldera funcione (todo este tiempo para descubrir que uno de los codos de la instalación estaba sin encajar y esto hacía que revocara aire y se apagara constantemente). Pero no puedo decir lo mismo del aire acondicionado, un servicio que viene incluido en el contrato de alquiler y que nunca he disfrutado. Parece irremediable que por segundo verano consecutivo vaya a seguir pagando religiosamente en cada mensualidad un servicio que nunca me han ofrecido. He tratado de ser comprensivo con los problemas de saturación de trabajo que me han referido desde Bigeco, pero creo que tras casi año y medio desde la primera comunicación esto suena a excusa barata. Con ello quiero advertir a navegantes de las malas formas (perdón, inexistentes) de esta promotora de viviendas. No es difícil encontrar desagradables experiencias con Bigeco en diversos foros de Internet. Sirva de aviso mi ejemplo.