Paxoa, los hombres somos muy pueriles. Prueba con un cochecito o incluso mejor, un avioncito teledirigido (por 100 euros tienes unos muy majos eléctricos). Aunque no lo creas, puede hacerle mucha ilusión.
Y llévale a cenar también, así el regalo pasa a ser un complemento y no te la juegas tanto.