Realmente vivimos en un país de pandereta donde cuatro "estudiados" son capaces de decidir qué es bueno o malo y lo que se debe hacer con el permiso de nuestros gobernantes, que en la mayoría son tan "estudiados" como los primeros.
He vivido situaciones de todo tipo. Concejales de nuevas tecnologías que me contaban que desde que existía tal o cual antena, las mujeres de esos barrios había dejado de tener la regla. Que la ley estaba ahí, la antena la cumplía, pero que lo que a él le importaba era la ley del pueblo. La de los 40 o 50 vecinos que tenía en la puerta... Eso sí, a la salida nos comentaba que tenía un amigo con un local donde puede que pudieramos poner algo camuflado sin que la gente se diera cuenta...
Viviendas donde los vecinos se concentraban cuando aparecíamos porque les dolía la cabeza desde que veían esas cosas en sus tejados. Pero hombre... esperen a que las encendamos, que aún no tienen energía y el hierro por si mismo no radia. Eso sí, estoy seguro que dolerles les dolía, porque el poder de sugestión es muy grande. De hecho, he vivido otro caso, este en un pueblito, donde una pobre señora no podía dormir por la antena y le pusimos un interruptor para que cuando no durmiera, le diera y bajarla la potencia de la antena. Por supuesto, el interruptor no estaba conectado con nada, pero la señora cada vez que volvíamos nos sacaba unas pastas por el favor que le habíamos hecho. Y también estoy seguro que no dormía al principio... O casos de alcaldes y concejales que nos decían que no podían darnos licencias porque algunos ciudadanos se les iban a echar encima. Que pusiéramos la antenas sin licencia que ellos iban a hacer la vista gorda, pero que si alguien se quejara, actuarían contra nosotros como si no supieran por qué estaban ahí esas antenas.
Es más. Me toco vivir de cerca lo de Valladolid. Desgraciado caso donde cuando todo empezó, ni siquiera estaban las antenas encendidas. Donde se descubrío que había un laboratorio con un montón de benzeno en los sótanos del colegio, mucho más peligroso, pero que a nadie le importo porque las plataformas antiantena ya habían montado un buen negocio entorno al tema de las antenas. Las antenas se desinstalaron y los padres se quedaron tan tranquilos con esa solución. Allí mismo, en Valladolid, vi un padre en una manifestación en contra de las antenas con su hijo en brazos chupando la antena de su móvil. País de "estudiados"...
En fin. Sigan luchando para que quiten esa antena, que según está el país lo conseguirán. Seguiremos teniendo un barrio con menos servicios (de los que no andamos muy sobrados desgraciadamente) que los demás. Donde no puedo trabajar más desde casa y disfrutar más de mi familia porque mi cobertura es muy mala, donde no puedo chatear con mis amigos desde la piscina o ver las carreras de coches en mi móvil porque no tenemos 3G, donde sólo puedo hacer videollamadas para que mi madre vea a su nieta desde el baño porque es donde tengo más cobertura, etc, etc. Siempre nos quedará el correo convencional...
Y todo esto con la permisividad de nuestros governantes (de todas las ideologías), que anteponen los votos a la ley, aunque de esta forma no garanticen los derechos que tenemos la mayoría, frente a los ya mencionados "estudiados". PAIS DE PANDERETA!!!