Hoy sobre las 12.00, a la altura de la parada de Palas de Rey, otra persona sin sentido de la responsabilidad se ha saltado el semáforo obligando a dar un frenazo al metro ligero. Por suerte no ha pasado nada, pero podía haber pasado una muy gorda. ¿Y todo para qué? Pues para lo de siempre: para acabar parado en el siguiente semáforo en rojo unos pocos metros más allá. En serio, ¿te valió la pena?
Lo de este barrio y los semáforos, pasos de peatones y normas de circulación en general es increíble. Ya sé que está el tema trilladísimo, pero de verdad, vergüenza os debería dar a los que os los saltáis alegremente sin pensar en los que podéis encontrar en vuestro camino. No hay día que no se vea una imprudencia gorda en la que no pasa nada de milagro...