Pues mi más sincera enhorabuena.
Ahora ya no tiene que preocuparse por la hipoteca de la casa como nosotros.
Uy! Perdón! Si nosotros tampoco nos preocupamos por la hipoteca gracias a la buena gestión de su empresa! Como aún no nos las ha entregado.
Muchas gracias, Sr. Cercadillo por ahorrarnos una preocupación más, por este motivo se merece mi más sincera felicitación navideña, le deseo que se coma el turrón debajo en las mismas condiciones que yo.
Uy! de nuevo, que despistes, si usted no tiene hipoteca. Supongo que comprará 1880, el más caro del mundo.
P.D.: ¡NO TE JODE!