Después de una noche de cohetes y castillos de fuegos artificiales, parece que más de uno debería recibir clases particulares sobre cómo se tiran: NUNCA apuntando hacia casas vecinas.
Ayer por la noche, algún que otro inconsciente se dedicó a tirarlos apuntando a casas vecinas con el consiguiente riesgo para los vecinos.
Tenemos unos maravillosos descampados y terrenos sin urbanizar. ¡Ahí es donde hay que tirarlos!