Descripción:
Un carril bici que va desde la nada hasta la nada, por el túnel muy bonito con sus bolardos, pero al salir a la luz: ¡sorpresa!, ya no sigue. En el puente del Jarama no hay ni arcén, y ni os cuento cuando llegas a la rotonda de Barajas, ahí el desbarajuste es total.
Los bolardos muy bonitos, pero la barredora no puede pasar y está el carril lleno de trastos, los ciclistas usan la calzada para no pinchar la rueda.
Qué bonito el carril bici, aunque inútil ahí está figurando en alguna memoria de mejoras. Para mejorarlo del todo allí llegó un pariente del Rey Salomón a poner las limitaciones de velocidad y todos contentos, carril derecho despacito, respetemos a los ciclistas (que ya no usan el carril que va de la nada a la nada porque pinchan con los trastos) y carril izquierdo para ir un un poco más rápido, no perdamos 1 minuto, no se queje el conductor.
Al final el conductor ilegalmente por la izquierda, nadie ya por la derecha, el despistado ciclista que viene de la nada y no sabe que no han barrido, ya podrá ir a gusto por su carril bici, y cuando pise un trasto y pinche, o se maree con el CO2, ya podrá parar con tranquilidad sin miedo a que le atropellen.
Eso hasta que le rebase a toda pastilla algún homo neanderthalensis con minúsculo cerebro que vaya adelantando por la derecha a los que ilegalmente van por la izquierda. El túnel inglés, como alguien decía en otro hilo.
De estos descerebrados todos hemos visto unos cuantos, pero no son suficientes para limpiar con su paso el carril derecho por donde adelantan, por lo que los esforzados ciclistas también consideran que ese carril tiene trastos y pueden pinchar, lo que les lleva a transitar por el carril situado más a la izquierda.
Esto lo saca José Mota en su programa y le dicen que corrija el guión, que se ha pasado con el surrealismo.
También le dirían que esto no es de broma. Ojalá no pase nada…