Como siempre, a los de la escuela de pensamiento único (que no significa que penséis todos lo mismo, sino que hay uno que “piensa” por todos), no os entra en la sesera, repleta de tanta ideología trasnochada y decimonónica, que exista alguien que no sea de un partido como se es de un equipo de fútbol o de una cofradía de penitentes, sin motivo alguno y contra viento y marea, que haya alguien que prefiera las ideas a las ideologías, pensar a creer, la razón a la fe.
Por eso va a ser inútil que te explique que no pertenezco ni perteneceré a partido alguno, que no cedo mi voto vitalicio a ninguna persona ni sigla y que cada vez voto al que me parece menos malo.
Pero, estimado Trixie, esa cortedad es un pecado que lleva aparejada consigo la penitencia, por lo que no me ensañaré más contigo.
Saludos y que tengas buen día.