No tenemos mucha suerte en Paracuellos.
Tras las elecciones de mayo del año pasado, tenemos un gobierno municipal inoperante. Al margen de las siglas políticas, las personas que lo forman no dan la talla.
Durante un año solo hemos recibido las inauguraciones de los proyectos que han heredado de la legislatura anterior, a pesar de que en su momento se mostraban en contra de abordarlos. Y ya se han acabado.
Y cuando han intentado hacer algo, el resultado ha sido peor: eliminar la ambulancia, eliminar el derecho a aparcar en el vado; una organización de fiestas de fin de año lamentable; el servicio de protección civil desmantelado para colocar a un nuevo responsable; gestión del nuevo parking de superficie inexistente; y así sucesivamente. Cada vez que muestran una iniciativa es para echarse a temblar, no solo no aportan sino que destruyen lo que ya funcionaba.
Sabemos que ocupan la silla porque cobran su sueldo. Y al menos renuevan las plazas de funcionario que van quedando vacantes.Pero la limpieza sigue igual, la recogida de basuras sigue igual, el abandono de los parques sigue igual, el estado de las calles y aceras sigue igual. Todo aquello que mágicamente iba a cambiar de la noche a la mañana, sigue igual.
Ahora el estado de alarma no ha dado más que una excusa más para continuar en la inacción. Los servicios municipales simplemente cerrados, teléfonos sonando en el vacío, ninguna acción encaminada a que los funcionarios municipales realicen teletrabajo. La medida estrella de la cuarentena es conseguir un tractor de fumigacion para dispersar lejía por las calles, todo un logro.
Para intentar remediar la imagen lo único que se les ocurre es intentar controlar el discurso en internet: si un grupo municipal propone donar las asignaciones de los grupos, la web del ayuntamiento se lo atribuye al gobierno (y luego lo tienen que cambiar, claro). Si un partido político rival tiene una app, amenaza matonesca para intentar cerrarla. Y si alguien en algun foro o red social se le ocurre expresar su opinión, lluvia de trolls al canto.
No tenemos mucha suerte en Paracuellos. O no hemos sabido buscarla. O la que tenemos nos la hemos buscado.