La fabula del buitre, el zorro y las hormigas
¿Cómo el hambre de un buitre afectó a las hormiguitas?
4.659 lecturas | 2 respuestas
En un lejano pais hubo un buitre que con un hambre insaciable fue a buscar nuevos horizontes donde poder colocar a su familia y se encontro con un zorro en cuyos territorios trabajaban dia y noche unas hormiguitas cuyo único fin era tener casitas para pasar los frios y oscuros dias del invierno.
El buitre que construia casitas, le pidio al zorro permiso para construir casitas de hormigas en sus dominios y este que era un zorro, le pidio 30 granos de trigo por cada casita. El zorro que habia dado a los grillos, antiguos propietarios, 1 grano de trigo por casita, se sentia muy zorro por las ganancias, pero cuando el buitre empezo a pedir 300 granos de trigo por casita, el zorro ya empezo a sentirse un poco molesto.
El buitre seguia cambiando casitas por trigo y en cada nueva fase seguia subiendo la cantidad de trigo hasta que en las últimas entregas pidio 5000 granos de trigo por casita. El zorro que llevaba tiempo bufando por lo que podia haber ganado, no se conformaba con lo que ya habia recaudado asi que a las hormiguitas no les daba agua ni licencias de obras ni cedulas de habitabilidad, para que el buitre, presionado por las hormiguitas le subiera las plusvalias, pero al buitre no le importaba mucho esta nueva situación porque tenia guardado el trigo a espuertas, y a las hormiguitas, desde su altura, ni las veia, ni sabia que existian.
Detras de cada hormiguita habia una historia, unas estaban de alquiler y otras habian vendido sus casas y tambien estaban en alquiler, otras llevaban meses viviendo en casa de sus familiares, todas ellas tenian una historia que contar asi que cuando el buitre les ofrecia la casita, aun sin licencia, presionadas por las circunstancias, firmaban, aunque sabian que no iban a poder ir a vivir a su casita hasta que el zorro les diese licencia, y esta se podia demorar hasta que el zorro quisiese.
Moraleja: Cuando los poderosos pelean las patadas en el culo se las llevan los débiles.