Contaré un breve historia, que sucedió hace años en Pº Castellana:
Resulta que por el espejo vi a unos moteros cómo robaban el portátil por la ventana abierta de un coche que iba por esta calle. Cuando se acercaron a mí, di un volantazo y se estrellaron contra mi puerta. Nos bajamos 3 conductores, incluido el que le habían robado y con tono chulesco les dijimos ¿y ahora qué?. Te aseguro que si hubieran rechistado, les hubiéramos dado una manta palos que no se hubieran olvidado en su vida. No dijeron nada, dejaron su moto robada en mitad de la calle y se fueron cojeando.
Curiosamente, el otro conductor que se paro era empresario y hoy tenemos una relación cordial y cercana.
Lamentablemente, es muy difícil encontrar a gente con estos huevos, pero si todos nos apoyásemos, esta gentuza no tendría cabida en nuestra sociedad.
Por cierto, el portátil quedó roto pero el disco duro a salvo.