Pues a mí lo que me daba pena era la bajada tan tremenda de calidad y atención. Hace poco estuve tomando algo en la terraza y estaba fumándome encima uno de los cocineros (deduje porque iba con delantal y gorro) que tenía el aspecto más sucio que he visto en mi vida. El delantal tenía mugre de no haberse lavado en semanas y las manos del sujeto no os cuento. Los vasos estaban igualmente sucios. La mesa en la que nos sentamos la tuve que vaciar de dos tazas de café sucias yo misma poniéndolos en otra mesa...
Y cuando las niñas fueron dentro a pedir patatas fritas les dijeron que NO. Habíamos pedido dos refrescos y un vermut. Vamos, que no era que no estuviéramos consumiendo... Y les dijeron a las niñas que de patatas fritas nanai. Que no podía ser. En el momento me pareció una cutrada pero inmediatamente pensé que si se las iba a poner alguien como el de la puerta con unas manos igual de "limpias" mucho mejor que no nos las pusieran.
Cuando llegó la hora de pagar y tras esperar más de 15 min a que alguien apareciera por la terraza, tuve que entrar yo misma a pagar dentro. Y todavía me trajeron mal la cuenta cobrándome un refresco de más.
Ese día me hice el propósito de no volver con toda mi pena porque es uno de los sitios que más me gustaba del barrio. Veo que no he debido de ser la única con el mismo propósito.