Pensaba que dejando pasar el tiempo se me iba a pasar el cabreo, pero no...y más aún cuando recuerdo que me fui sin pedir el justificante de encargo.
Os cuento, el día 4 de este mes fue el primer cumpleaño de mi hijo -día más especial que ese para mi ninguno- y pensamos en encargar una tarta con su nombre y personalizarla a modo de recuerdo por lo que el día antes, a eso de las 16, vamos mi marido y yo a encargar la tarta a la pastelería Bergue. Nos toman nota en un cuaderno y nos dicen que podemos ir a recojerla al día siguiente cuando queramos.
Pues bien, el día 4 a las 17:30 me presento en la pastelería y después de esperar como unos 20 minutos a ser atendida (a todo esto, mi marido y mi hijo fuera en el coche esperándome ya que nos ibamos a casa de los abuelos a celebrarlo con la familia), me dicen que no la tienen, alegando que a la persona que nos tomó nota se le había olvidado....
Tonta de mí, repito, porque no pedí el día antes la nota de encargo y ahora no pude reclamar, mi reclamación quedaría en agua de borrajas.Me quedé helada, paralizada durante unos segundos, con una impotencia y unas ganas de llorar terribles...decidí irme, total, la mujer que me atendió no me ofreció ninguna alternativa.
Nos fuirmos entonces a comprar las tartas a la pastelería Lazcano (la que está al lado del hospital de Sanitas) y allí nos prepararon una tarta con un muñequito (que nos regalaron), nos pusieron una chocolatina con felicidades y la verdad es que como siempre riquísima.
Conclusión y moraleja, no volveré por un largo tiempo por la pastelería Bergue y mira que me queda al lado de casa y, sobre todo, la próxima vez que encarge LO QUE SEA pediré el susodicho justicante, tonta de mi.