No se si es lo habitual, pero esta semana entre un día en el local de “La Especial”, y me encontré un panorama bastante desalentador… Hacia muchísimo frío, el local muy desangelado, sin ningún encanto. La espera para las porras era larguísima, tanto que algunas personas pidieron la devolución del dinero (las cobran antes de servirlas), y finalmente me lleve a casa una suerte de masa cruda y aceitosa, que ellos denominan porras, a un precio nada de barato. En fin, si es así siempre, le auguro poco futuro... Desayunar bien y en un sitio acogedor, es uno de los mayores placeres de la vida para muchas personas.