El sábado pasado estuve viendo un piso para alquilar en la calle Casiopea del 41 al 51. El piso estaba genial, pero, entre otras cosas, lo que no me hizo ninguna gracia fue que los vecinos que vi estaban sentados en la entrada y conversando a voces con los inquilinos asomados por la ventana.
Y qué decir del garaje… Furgonetas llenas de trastos (hasta el asiento del conductor), pintadas en las paredes, y pisadas por doquier.
Desconozco si algún vecino está por aquí presente, pero no causó buena impresión esa comunidad.
Lo que tengo claro es que, si quieres vivir en el PAU, hay que buscar muy bien.