Acudimos deleitados por los bajos precios que me ofreció uno de los propietarios. Acordamos la compra del mobiliario por un precio estipulado tras la visita turística por toda la nave donde nos enseñaron y casi nos coaccionaron a comprar muebles en exposición sin calidad que no eran capaces de vender. Propusimos, después de acordar el material y medidas de los muebles con una maravillosa víbora de dependienta, que estos los montasen en una fecha en cinco meses desde ese día. Ellos aceptaron religiosamente la señal, teniendo en la mirada la avaricia de una gran compra que pudiese solventar los problemas de liquidez que tenían en ese momento, donde ni las pelusas del almacén estaban aseguradas.
Cuando la fecha de entrega llegó, los muebles no lo hicieron, sino llamadas demagogas de dificultad para entregar el pedido por escusas tipo "la fábrica no me sirve su pedido" o "el camión se ha averiado". Cuando por fin fueron capaces de traer algún mueble (aunque fuese en triciclo), estos no tenían las medidas correspondientes, otros desconchados, otros que no pertenecían a lo pedido (echándonos en cara nuestra amnesia repentina)... Algunos defectos fueron subsanados, otros siguen a día de hoy como vinieron.
Nuestra situación mejoró algo gracias a nuestra denuncia en Consumo. A través del recurso, hicieron acto de presencia en mi domicilio dos de los majos dueños y su gran fichaje: la dependienta víbora. Estos no hablan ni dialogan, sino que insultan, injurian y echan por tierra lo estipulado por el cliente.
Lo gracioso es que mi afán de amueblar mi casa, resultó una acción en vano. Pagué por cuatro tablas que pensaba que tendrían calidad; en conclusión: sigo mirando muebles. Los que tengo, si se les puede llamar así, son escoria.
Con esta opinión llamo a todos los clientes que estén pensando ir a comprar a esta tienda: no lo hagan, y si se encuentran en nuestra situación, por favor denuncien.