ACCIDENTES EN LOS CARRILES BICI.

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El pasado domingo a las 19.30 horas circulando por un carril bici de la capital tuve un accidente, no fue muy grave: moratones, contracturas, laceraciones de diversa magnitud, fisura en la cabeza del radio... lo que cualquiera describiría como "una tontería".


O así es como lo describieron los ancianos por los que casi me dejo la vida en el asfalto. Cuatro ancianos como muchos de los que invaden los carriles bici para echar sus paseos vespertinos siendo perfectamente conscientes de que lo que hacen está mal y que no solo ponen en riesgo su seguridad, sino la de los demás.

No sé si estos ancianos son conscientes de la velocidad que alcanza una bici y de las lesiones que puede producir una mala caída, pero de lo que son perfectamente conscientes es de que ese mismo paseo no lo darían por la calzada central del Paseo de la Castellana.

Una vez más, los ciclistas somos tráfico ya no de segunda (una ordenanza que permite a las motos circular por el carril bus pero a nosotros no) sino de tercera, porque nuestro carril, por donde teóricamente deberíamos ir seguros, es ocupado por peatones con la connivencia del Ayuntamiento que a nosotros nos multa por circular por las aceras (mal hecho) pero que permite estos comportamientos sin ningún tipo de sanción.

No puedo volver al pasado y evitar la caída, pero si con esto se dan por aludidos los incívicos que pasean por los carriles (ancianos, jóvenes que salen a correr con el perro, familias con los carritos, gente que hace footing...) y aparcan estos comportamientos que ponen en riesgo la seguridad de todos, me doy por satisfecho.