Soy conocedor de tantos y tantos casos de una mala conservación y manipulación de los,alimentos. A veces, los productos congelados, se descongelan y ofrecen como frescos, sobre todo en carnes y pescados, produciéndose el inevitable proceso de descomposición. Por otra parte, los productos congelados, deben mantener una temperatura de -22º y los de conservación en frío, de +5º. Si tenemos en cuenta el transporte en vehículos inadecuados y las distancias a recorrer, el consumidor no puede degustar un producto que mantenga intactas todas sus propiedades. Por eso, el Buque-factoría, descarga a sus barcos auxiliares, éstos llevan el pescado a puerto, allí se descarga para la subasta, se carga en los camiones para largas rutas (son desde luego "isotermos"), llegan al Mercado Central, donde se ofrece a los pequeños pescaderos que una vez cargados en sus furgonetillas (suelen estar mal acondicionadas) y cuando llegan al punto de venta al consumidor ya han perdido una gran parte de sus propiedades vitamínicas. Conclusión: en el mar se hace bien, pero una vez en tierra, muy mal. Carecemos de un exigente control sanitario, lo cual hace que abunden las gastroenteritis.