Creo que no deberíamos tender hacia los estereotipos. No está bien referirse a ningún grupo étnico o social en concreto porque siempre pagan justos por pecadores, aunque la relación sea de uno a un millón.
El verdadero enemigo no lleva turbante o pañuelo y no trafica ni atraca él directamente. Lleva impoluta vestimenta y vive en zonas de lujo bien apartado de los pobres para que no le molesten.
1. Si en un inmueble viven 99 ocupas y una persona honrada, es obligación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, comunidad autónoma o municipio desalojar a esas 99 personas y proteger al honrado. Si no lo hacen así es porque tanto los esbirros de la policía como los que les mandan son nuestros verdaderos enemigos.
2. Si en un inmueble 99 personas no pagan la luz, el gas, el agua, etc. y uno de los vecinos es honrado, la obligación de las compañías de servicios es cortar el suministro a los 99 y garantizarlo al honrado. Si no lo hacen así, entonces los que mandan en esas compañías son nuestros verdaderos enemigos.
3. Lo mismo con los impuestos, deudas, delincuencia, etc.
Nuestros verdaderos enemigos son los que mandan en los poderes públicos y, simplemente porque es más cómodo para ellos, prefieren que se den estas injusticias repercutiendo a los honrados el coste del todo gratis a los que han decidido (obligada o voluntariamente) permanecer al margen de la sociedad.
Nuestros verdaderos enemigos también son los que constituyen SICAV, evaden impuestos, se llevan dinero a paraísos fiscales, reciben finiquitos e indemnizaciones millonarias por esquilmar cajas de ahorro, se han forrado engañando y robando durante la burbuja inmobiliaria, gestionan partidos políticos malversando caudales públicos y manejando dinero negro, otros tienen empresas con suculentos beneficios y pagan salarios de miseria.
El que atraca a punta de navaja o pistola es malo, el que vive gratis de subsidios también... pero mucho peor es el que lo fomenta y vive de ello en las capas más altas de la sociedad.
Y luego cuando vuelva a haber elecciones (en cualquier ámbito) seguiremos votando a enemigos.