También hay un 5º grupo. El que desearía que el erario público, además de con nuestros impuestos, se incrementara por lo menos con los patrimonios personales embargados a aquellos políticos, testaferros, empresarios, cargos públicos, etc, que han sido responsables de innumerables sobornos, malversaciones y fraudes cometidos, en la gestión, urbanismo, contratos públicos, enchufes, concesiones de servicios e instalaciones, etc., etc., etc. A este 5º grupo no le vale con una macro-operación policial ni con su ruido mediático que a los dos días se olvida y al final todos acaban yéndose de rositas. También quieren los de este grupo que se depuren responsabilidades, se procese de verdad a los culpables y se recupere de ellos todo el dinero que sea posible. Para ello, incluso sería necesario hacer responsables subsidiarias a aquellas organizaciones (políticas y de otra índole) que toleraron, fomentaron y ampararon tales prácticas fraudulentas y de expolio sistemático del dinero público; y consecuentemente proceder contra sus patrimonios.
Los de este 5º grupo son los más ilusos, ¿verdad?