Como os dije, al final lo hice en Pirata pata de lata y aunque pensé que no me iba a gustar tanto como Felicilandia, al final fue fenomenal.
Lo mejor es la flexibilidad. Yo reservé para 35 niños, confirmé para 29, pero al final sólo vinieron 26 y fue los que me cobraron, sin ponerme ninguna pega.
Sólo había un cumpleaños a la vez, lo que para mi era primordial, ya que me tenía que hacer cargo de muchos niños y necesitaba que fuera un sitio cerrado, sólo para nosotros y donde se pudiera controlar bien a los niños desde donde estábamos sentados.
La merienda fenomenal, porque cada niño pudo comer lo que quiso (les preguntaban a la entrada) y podían elegir entre sandwiches, perrito o pizza, con buenas raciones y se podía repetir. También se podía elegir la bebida (refrescos, batidos o zumos, o combinación de éstos). Todo esto, más las patatas, ganchitos, etc. a precio de lo que en otros sitios es menú frío. Nosotros la merienda la hicimos a las 18:00, cuando consideramos que habían llegado todos los niños, pero se podía hacer cuando se quisiera.
En el precio estaba incluida la tarta (se podía elegir entre montones de tartas y la que elegimos era muy buena, no parecía de sitio de bolas) y el paquete de chuches para cada niño. Si querías podías llevar tú una piñata y echaban las chuches en ella (no te cobraban aparte por la piñata como en otros sitios).
El parque de bolas parecía normalito pero los niños estaban encantados y la mayoría no salieron en todo el rato. Aparte de eso hacían actividades y juegos con los que no querían estar todo el rato en las bolas (tienen bastantes juegos, cuentos, etc.) y les pintaban las caras. Al del cumpleaños le disfrazaron de policía y de pirata.
Para los padres tienen una zona muy amplia, nosotros éramos unos 15 y estuvimos todo el rato sentados, porque la zona para la merienda de niños y de padres está separadas. Pedimos el catering que tienen para los padres y estaba muy bien (embutidos, rosca caliente de jamón y queso, tortilla de patatas, frutos secos, aceitunas...). Era una buena cantidad y al final sobró bastante. La música estaba bajita, lo que se agradece, ya que cuando hemos estado en Bichobola no se puede ni hablar.
Todo estuvo muy bien organizado y dio tiempo a jugar a diferentes cosas, merendar y abrir los regalos (en muchos sitios el tiempo es tan justo que no da para abrir los regalos). Aunque el cumpleaños era de 17:30 a 19:30 se retrasaron unos cuantos niños y acabamos más tarde y tampoco pusieron ninguna pega.
El precio al final bastante barato, ya que está todo incluido en el menú; con un catering vale para bastantes padres y las bebidas eran baratas, además de que tenían mucha variedad (todos tomamos alguna y algunos repitieron). Para 26 niños y unos 15 padres no llegó a 400€.
Los niños salieron encantados y diciendo a sus padres que querían celebrar allí su cumpleaños, así que eso es buena señal.