Puede que no sea para tanto, pero tampoco es para menos.
Sanchinarro, como la mayoría de PAUS de Madrid, reflejan perfectamente lo que ha sido la construcción en España en los últimos años de bonanza: las prisas (por construir y cobrar), la codicia de ganar cada vez más margen metiendo para ello cada vez peores materiales, y el escaso interés para mantener luego todo eso.
Hablo tanto de las viviendas, que parecen todas como si hubieran caido arrojadas, como del espacio público. Las viviendas que ahora tienen muchas de ellas 4 o 5 años, hablando con bastantes vecinos de muchas de ellas, han comentado que casi todas tienen ya en marcha derramas para cambiar ascensores, pintar, reparar grietas.... En la mía misma sin ir más lejos.
Ahora se quejan las constructoras, pero los que deberían quejarse son los clientes por el daño que han hecho. La mayoría de viviendas de antes, están infinitamente mejor construidas y se está demostrando con el paso del tiempo.
Yo he trabajado muchos años en este sector, y he visto lo que se cocía en los despachos, y creo personalmente, que la construcción ha sido una de las lacras del siglo XX en España.