Una verdad como un templo:
´El muerto al hoyo y el vivo al bollo´.
Nuestros difuntos, por muy queridos que sean ya no necesitan zonas verdes, comerciales, colegios, pistas deportivas...
Tampoco voy a recoger firmas para que quiten el cementerio ni nada parecido... pero, desde luego, si lo quitan: mejor.