En contra de la mayoría de los padres y madres que mediante nuestros impuestos mantenemos el chiringuito de lo público, los “sufridos” maestros de la púbica imponen la jornada intensiva contra los intereses de la mayoría.
La jornada intensiva solo beneficia a los propios maestros y a otros vividores de lo público mientras que los que les paguemos la fiesta tenemos que contratar chicas para que estén con nuestros hijos hasta que volvamos del trabajo.
Es lo que pasa cuando nos roban más de la mitad de nuestros ingresos para pagar la "sanidaz" y la “heducaciooh”.