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¿Cómo solucionar la barrera que supone la radial 3 de peaje para los vecinos de Vicálvaro?

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El Ministerio de Fomento, la Comunidad y el Ayuntamiento coinciden en estudiar la necesidad de una solución. Las protestas duran ya más de un año

MADRID. Desde hace más de un año los vecinos de Vicálvaro no han parado de protestar contra la barrera que les supone la radial 3 de peaje. Se han manifestado, acudido al Ayuntamiento, a la Comunidad y al Ministerio de Fomento y siempre han recibido evasivas o la callada por respuesta. Todos parecían comprender el problema creado por la gran playa de vías que ha crecido dividiendo el barrio, pero nadie hizo nada.

Mientras, los afectados han estado soportando las molestias creadas al cortar el tráfico en la avenida de Daroca, pese al dinero municipal invertido en la zona hace poco tiempo. Se han quejado de su aislamiento, de cómo se les ha multiplicado por cinco el tiempo que tardaban en presentarse en su hospital de referencia, el Gregorio Marañón, o de las vueltas que se ven obligados a dar para llegar al Eje de O´Donnell, su comunicación natural para acceder a la almendra central.

Con el paso del tiempo las calzadas de la radial 3 fueron avanzando y, sin remedio, llegó la inauguración. Eso sí, se inauguró a distancia porque la parafernalia de carpa y cortes de cinta tuvo lugar en la M-50 oeste aprovechando que la concesionaria de ese tramo era la misma que la de las radiales 3 y 5. De esta forma, los políticos no se acercaron a ver el panorama que los conductores de Vicálvaro sufren a diario.

Aún así, los vecinos, apoyados por los grupos de la oposición, no han parado. Siguen con sus quejas y hace una semana, convocados por la Plataforma vecinal «Salvemos la avenida de Daroca», volvieron a manifestarse para reclamar conexiones rápidas.

Buenas palabras

De momento, sólo han conseguido buenas palabras de las tres administraciones implicadas. Fomento, el principal responsable al ser el que adjudicó y proyectó las radiales, ha decidido «estudiar» alguna solución, mientras la presidenta regional, Esperanza Aguirre, se ha manifestado en el mismo sentido. El alcalde, por su parte, hace tres cuartas de la misma e incluso aseguró, durante su visita a las nuevas conexiones para los PAUs de Las Tablas y Sanchinarro, que «los barrios no pueden quedar aislados por lo que hay que evitar lo sucedido en Vicálvaro con la R-3».

Los vecinos, pese a esos buenos propósitos, desconfían. «No ignoramos -dicen- las fechas en que estamos, con las elecciones a la vista. Una cosa es prometer y otra hacer». Lo malo de esta situación es que, como hemos visto, viene de largo. Por ello, entre los afectados, surgen estas preguntas: ¿Cómo es posible que ningún responsable de estas administraciones se diera cuenta de la barrera que se estaba construyendo?. ¿No era Fomento el que vigilaba las obras? ¿No eran el Ayuntamiento y la Comunidad las que estaban recibiendo nuestras quejas?

¿Túnel o acceso?

Los responsables tenían que conocer el problema porque los vecinos, con su petición de reuniones, les impidieron desconocerlo. Es más, incluso en el Ayuntamiento rondaba una solución que pensaban proponer a Fomento, pero que no llegó. Se trataba de que el último tramo de esta radial dejara de ser de peaje y se facilitara el acceso libre.

Eso solucionaba el aislamiento pero desde luego no evitaba el impacto ambiental que el enlace de carreteras ha creado en Vicálvaro.

La propuesta vecinal de las quince asociaciones integradas en la Plataforma, por su parte, reclama un acceso directo a la M-40, como tenían antes, y, como alternativa al cierre de la avenida de Daroca, la construcción de un subterráneo por debajo de las calzadas de la radial de peaje o la habilitación de un acceso en una de sus rotondas de salida.

Sea lo que sea, confían en que algo positivo tiene que llegar, teniendo en cuenta, además, que se trata de peaje frente a movilidad libre.