Efectivamente, los principios de solidaridad e igualdad, respeto y pluralidad, son los principales valores de la democracia y la razonabilidad humana, precisamente por ello no se puede entender que los intereses particulares de una creencia, tan respetable como cualquier otra, se aprovechen del herario publico en un estado, lamentablemente, aconfesional.
Por otra parte, esos servicios sociales que prestan las parroquias, deberián ser prestados por el estado que mantenemos todos, y sin embargo, es un echo consumado que en este pais gobernado por la derecha, cada dia más exultante, los servicios sociales publicos están casi extintos, dando cabida y desarrollo no solo a nuestra santa madre iglesia, sino a la cada vez más desarrollada industria de las ONG, convirtiendose estas labores practicamente en caridad subvencionada por todo aquel que contribuya.
Un ateo convencido