CARTA QUE HE ENVIADO A POSCAM SOBRE LOS VENTANALES
¿Qué hacer ante el cierre parcial de las ventanas de las cocinas en la construcción de Cibeles?
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Creo que todo el que esté en desacuerdo con los ventanales debería hacerlo porque el consejo rector se reune después de semana santa y lo van a tratar. Cuantas más cartas de queja haya mejor. Por otra parte deciros que una vez esté conformada la cooperativa bastará con un sólo voto en contra del cambio para que no se lleve a cabo. Esto me lo ha dicho Rubén.
A..A.: Consejo Rector de Cibeles (S.S.Reyes)
Con la presente me gustaría poner de manifiesto mi descontento respecto a un aspecto del Proyecto que, como en otras muchas ocasiones, desconocía hasta el momento de su ejecución en obra. En concreto se trata de la forma que se ha tenido de resolver el ventanal de las cocinas.
En la construcción de la fachada se habían dejado amplios huecos para alojar las ventanas de las cocinas. Esto es algo que en principio da un valor añadido al edificio, pues todo lo que sea proveer de luz los interiores es objetivamente deseable en edificación. De hecho, el aprovechamiento y gestión de la luz natural es el aspecto que más cotiza en la Arquitectura, y es algo que digo con conocimiento de causa, pues trabajo frecuentemente con arquitectos, y conozco su opinión.
Todo parecía indicar que la configuración de ventanas y miradores de D. Julio Touza, Proyectista y Dirección Facultativa, era el mayor acierto del Proyecto. De hecho, puedo dar fe, a raíz de las numerosa conversaciones que he tenido con otros socios de la promoción, que era uno de los pocos aspectos del Proyecto, en los que unánimemente se estaba a favor.
En la última visita que hice para ver el estado de las obras, me lleve una tremenda decepción al ver que las ventanas habían sido parcialmente cegadas por unas chapas de metal gris. En principio pensé que mi decepción probablemente sólo era algo personal y subjetivo. Algo que tendría que asumir yo sólo y que no tenía derecho a reclamar a nadie, al igual que no puedes reclamar que unas ventanas sean azules, verdes o grises sólo porque a ti no te gusten, pues lo mismo eres el único al que no le gustan, y el resto de cooperativistas están encantados, es decir una cuestión de gusto.
Pero éste no es el caso en esta ocasión, no es simplemente una cuestión de gusto, que también. Por una parte, creo que existen múltiples razones, todas ellas objetivas, por las que no considero conveniente la solución que se ha adoptado para resolver las ventanas de las cocinas, a saber:
1) Nos priva de luz, algo que va en detrimento nuestro bienestar, y que además repercutirá en un aumento del consumo de luz
2) El aislamiento es peor que el que se obtendría con el cerramiento de ladrillo. Más perdidas de calor en invierno, con el consecuente incremento en el consumo de calefacción. En verano también se producirán perdidas del aire acondicionado, aparte de que la chapa al ser metálica transmitirá bastante calor del exterior, sobretodo cuando estén expuestas a la acción directa del sol.
3) El mantenimiento del aspecto de estas chapas a largo plazo es comprometido. Desde las ventanas no se pueden pintar, ni remozar cuando lo necesiten. Esto, aparte de repercutir en la estética, va a conllevar un mal envejecer del edificio. Por mi experiencia en la construcción, puedo decir que todo elemento de fachada metálico, si no es remozado continuamente acaba cargando de años al edifico, es decir, los edificios parecen mucho más viejos de lo que son. Esto provocará una perdida del valor de nuestros pisos a largo plazo, y aunque nuestra intención a día de hoy lógicamente no es venderlo, quién sabe si el día que decidamos hacerlo por las circunstancias que sean, nos cuesta más que a nuestros vecinos de en frente porque nuestros pisos parecen 5 ó 10 años más viejos.
Por otra parte, algo que también me ha llevado a transmitirles está "no conformidad", es el hecho de que conozco la opinión de bastantes socios, y sé que son de la opinión de retirar las chapas por uno u otro motivo, generalmente por razones estéticas. El gusto es algo subjetivo, de acuerdo, pero el hecho de que no guste a la mayoría de los cooperativistas está claro que no es algo precisamente bueno, pues quizá el estético es el factor que más peso tiene en la valoración que la gente hace de un piso. A mí personalmente, además de no gustarme el aspecto exterior, no me parece de recibo tener una chapa gris en medio de una pared de azulejos blancos.
Como conclusión final, propongo al Consejo Rector la retirada de las chapas metálicas hasta ahora colocadas y la disposición en su lugar de cualquier paramento al menos más funcional, pues entiendo que el gusto es algo más relativo. Creo que el pequeño incremento de precio y plazo que nos pueda suponer tomar esta decisión ahora, no se puede comparar con los perjuicios que se producirán para siempre en el futuro disfrute de nuestras viviendas, caso de no reconducir la situación.
Atentamente,