Es común que aparezcan fisuras en paredes y techos durante la vida de un edificio, tengan tres años o cincuenta, y además la mayoría de las veces no suelen ser preocupantes y suceden por el simple asentamiento estructural. Lo primordial es saber dilucidar si estamos ante una mera fisura o una grieta.
Si es fisura su afección es simplemente estética y sus daños no pasarán de la pintura o de la escayola. Pero si nos encontramos ante una grieta (que para que nos entendamos, que haya abertura o hueco donde introducir un dedo o un testigo), el problema puede ir a más y tener continuidad en las viviendas colindantes. Si existiera daño estructural del edificio, éste tendría otros signos de alarma como daños similares en finca colindantes en sentido vertical (más que en horizontal). Un mal cálculo de la estructura o daños por corrimiento de tierras colindantes suelen afectar a más viviendas o plantas y no solamente a una. En este caso, ya hablariamos de la contratación de un peritaje a medida y su posterior solución inmediata si se estimase conveniente.
En el caso que nos comenta, y al afectar a dos estancias de la vivienda, lo más coherente es como dice Mel19, es avisar a su administrador y que se coloquen testigos o se hagan fotografías periódicas para estudiar su futuro recorrido en aras de tomar las decisiones oportunas.
Los forjados entre plantas son considerados elementos comunes por lo que su reparación en caso de ser considerado daño estructural le compete a la comunidad en su conjunto. Los seguros de vivienda y comunidad se desentienden en estos casos.
Un saludo,