En estos casos donde entra en juego la accesibilidad de personas con movilidad reducida, no hay nada que hacer si usted no quiere o no puede participar en la instalación de una silla salvaescaleras.
Le pondrán todas las comodidades, como por ejemplo que en vez de pagar en las mismas mensualidades que otros vecinos, pueda pagar en más tiempo. Pero al final pagará y la silla se instalará. Se lo digo por experiencia. Y en realidad no es mala noticia, está bien saber que cuando nos toque a nosotros enfrentarnos a ese problema, dispondremos de garantías jurídicas que nos protejan.
Saludos.