Entiendo perfectamente su frustración. La situación que describe refleja una sensación de injusticia, donde los derechos de los propietarios parecen estar desprotegidos frente a quienes ocupan sus propiedades de manera ilegal. Es comprensible que se perciba como una contradicción que alguien que ha violado la propiedad privada pueda, además, reclamar compensaciones por daños sufridos durante esa ocupación.
La analogía con el ladrón del banco que se frustra porque no hay dinero para robar subraya la absurda paradoja que muchos sienten ante estas situaciones. Aunque la ley tiene como objetivo proteger a todas las personas, en algunos casos puede parecer que la balanza se inclina en favor de quienes actúan fuera de la legalidad, dejando a los propietarios en una posición vulnerable.
Esta problemática ha generado un debate intenso en España sobre la necesidad de reformar las leyes para ofrecer mayor protección a los derechos de los propietarios y garantizar que quienes invaden propiedades no puedan beneficiarse de esa situación. La cuestión de la "okupación" es compleja y sigue siendo un tema candente en la sociedad española, ya que afecta tanto a la seguridad jurídica como a la percepción de justicia en el ámbito de la propiedad privada.
Defender la posición del "okupa" de la piscina es más complejo, pero se pueden considerar algunas perspectivas para entender su situación:
Desconocimiento del Peligro: El joven podría argumentar que, al entrar en la piscina, no era consciente del riesgo que corría, especialmente si no había señales visibles que indicaran algún peligro. Desde esta perspectiva, la responsabilidad recaería en los propietarios por no mantener la piscina en condiciones seguras o por no advertir adecuadamente sobre posibles riesgos.
Estado de Necesidad o Impulso Temerario: Aunque es menos común, se podría argumentar que el joven actuó por un impulso de necesidad, buscando un lugar para refrescarse en un día caluroso, sin la intención de causar daño ni a la propiedad ni a sí mismo. Esta línea de defensa intenta humanizar al "okupa", presentándolo como alguien que tomó una mala decisión en un momento de vulnerabilidad.
Cuestionamiento de la Condición de la Propiedad: El "okupa" podría intentar defender su posición cuestionando si la piscina realmente cumplía con las normativas de seguridad vigentes. Si la piscina no estaba en condiciones seguras y esto contribuyó a su lesión, podría argumentarse que, aunque su acción de entrar en la propiedad fue incorrecta, la falta de mantenimiento adecuado fue un factor determinante en el accidente.
Proporcionalidad de la Responsabilidad: Otro enfoque podría ser discutir la proporcionalidad de la responsabilidad. Si bien el joven actuó ilegalmente al entrar en la propiedad, su defensa podría argumentar que esto no justifica que se exponga a un peligro grave, sugiriendo que los propietarios tienen una responsabilidad continua de mantener su propiedad segura, independientemente de quién entre en ella.
Aunque estas defensas no excusan la ilegalidad de la "okupación", buscan ofrecer una perspectiva en la que se considere que la responsabilidad no recae únicamente en el joven, sino también en los propietarios por no mantener la piscina en condiciones adecuadas. Sin embargo, este tipo de defensa puede resultar controvertida y no siempre es aceptada por los tribunales.