Lo primero que la gente valora en un Administrador de Fincas, ¡y esto es de sentido común!, es la transparencia. Que no haya trampa ni cartón. Que los vecinos sepan hasta el último euro que entra y que sale. Nada de letra pequeña. Aquí, que se vea todo clarito, con informes bien presentados y explicados. Esto da mucha confianza, que es lo primero que uno quiere en quien maneja el dinero de la comunidad.
Otra cosa, y esto es básico: resolver los problemas rápido. Cuando un vecino llama porque hay una avería o porque hay una gotera en un patio, pues espera que el administrador lo arregle enseguida y sin mareos. Hay que ser muy ágil y contar con buenos contactos: albañiles, fontaneros, pintores. Lo que sea. Que la comunidad sepa que tienen a alguien que responde, no que los deja tirados.
Luego, comunicación. Aquí nada de "luego le llamo". Un buen Administrador de Fincas está al teléfono, en persona, por correo, ¡lo que sea! y siempre dispuesto a escuchar a los vecinos. Las cosas hay que decirlas claras, sin rodeos, y sobre todo mantenerles informados de lo que pasa y cómo se están llevando las gestiones. Que uno no se sienta en el aire, que sepa en todo momento qué se está haciendo y por qué.
Otra cosa que valoran mucho es que el administrador esté al día de las normativas y ayudas que puedan venir bien a la comunidad. Porque claro, las leyes cambian y no todos tenemos tiempo de seguir cada cosa nueva. Pero si el Administrador se entera de ayudas para eficiencia energética, por ejemplo, eso es oro para los vecinos. ¡Que no todo en la vida es cobrar, hay que ahorrar también!
Además, para ser buen administrador, hay que saber mediar en los conflictos. Siempre hay roces, entre vecinos o con proveedores. Ahí, el Administrador tiene que ser como un árbitro, calmado y justo, sin ponerse del lado de nadie, pero resolviendo las cosas con cabeza. Que la gente vea que defiende la paz y buena convivencia en la comunidad, porque esto es lo más importante.
Y por último, si encima sabe usar herramientas modernas, como aplicaciones donde los vecinos pueden ver los gastos, reportar incidencias o votar, pues se lleva el cielo. Hoy la tecnología es esencial, y un Administrador al día en esto facilita mucho las cosas.
En resumen, un buen Administrador de Fincas es aquel que actúa como si esa comunidad fuera su casa.