Primero, permítame matizar la situación. En este contexto, no estamos hablando de un acuerdo formal, ni en los estatutos, ni en la escritura de división horizontal. Es algo que se ha ido construyendo de manera tácita, a través de la convivencia y las costumbres de la comunidad. Pero claro, el hecho de que no esté documentado complica un poco las cosas. Sin embargo, esto no significa que no haya soluciones, todo lo contrario, hay formas de actuar..
1. Reunión de la Comunidad
Lo primero que hay que hacer es sentarse a hablar. Porque si no se habla, mal vamos. Reúna a los vecinos, convoque una junta y saque el tema de la fachada. Que quede claro que el mantenimiento de la fachada es responsabilidad de todos, no solo de los que se acuerdan de pintar su casa. Es cierto que no está recogido en los documentos oficiales, pero eso no quita que todos sepamos cómo funcionan las cosas en la comunidad. Si no se llega a un acuerdo, ya puede empezar a prepararse para ponerlo en los estatutos de forma formal.
2. Formalizar el Acuerdo en los Estatutos
Para que no haya más confusión, lo mejor es que todo el mundo se ponga de acuerdo en dejarlo claro en los estatutos. Es como tener un contrato, pero entre vecinos. Si eso se aprueba en una junta, a partir de ahí ya no hay margen para las interpretaciones. Todos saben lo que tienen que hacer, y si no lo hacen, pues ya hay herramientas legales para actuar. Además, al dejarlo claro, se evita que haya problemas en el futuro con otros acuerdos.
3. Reclamar el Cumplimiento
Si algún vecino no cumple, pues hay que recordarles sus obligaciones. Aquí se juega la responsabilidad de cada uno con el resto de la comunidad. Si sigue habiendo incumplimiento, se puede recurrir a una acción legal. No hace falta que se convierta en una guerra, pero lo cierto es que, en muchos casos, la ley está de su parte. Si ya queda claro que cada vecino tiene que encargarse de su fachada, no se puede permitir que el desinterés de unos afecte a todos.
4. Posible Acción Legal
Si las buenas palabras no sirven, entonces puede que haya que actuar con contundencia. En este caso, si un vecino sigue sin hacer lo que le corresponde, la comunidad podría recurrir a los tribunales para hacer valer el acuerdo. Aunque no esté escrito en los papeles oficiales, si hay pruebas de que todos sabían lo que tocaba, un juez podría dar la razón a la comunidad.
5. Mediación
Pero antes de llegar a la acción legal, siempre se puede probar con una mediación. Porque los pleitos no son la solución, nunca lo son. Si se puede resolver todo sin tener que llegar al tribunal, mejor. Un mediador puede ayudar a que las partes se entiendan, a que los vecinos se den cuenta de que la fachada no es un capricho de unos, sino algo que afecta a todos. Eso siempre ayuda.
Al final, lo que hay que hacer es poner orden y que se entienda que las cosas tienen que estar claras para que todos respeten las normas. Y si no se respetan, no hay que dudar en hacer cumplir lo acordado, ya sea en una junta o, si es necesario, por vías legales.