VER LA FACTURAS DE COMUNIDAD

Los errores con el IVA en las facturas, ¡ay, amigo! Son como esas piedras en el camino que, aunque sabes que están ahí, te las llevas por delante una y otra vez. Aquí los tienes, clasificados según la intención que les pongas:
Los que pasan sin querer (pero pasan):

Cuentas mal hechas: Ese 10% que debía ser un 21%, o viceversa, y que al final deja el papel hecho un desastre.
Confusión de categorías: Que si este producto es al tipo reducido, que si este otro al general... ¡y termina el lío montado!
Olvidos tontos: Omitir los números mágicos del IVA en la factura o confundir los datos fiscales del cliente, como si nadie los mirara.
Doble factura, doble error: Mismo papel, dos veces registrado. Y ahí va el IVA, duplicado y gritando por ayuda.

Y luego están los que tienen mala sombra (los de a propósito):

Hacerse el despistado: Declarar menos IVA del que realmente te llevaste al bolsillo, como quien no quiere la cosa.
Jugar con las facturas: Emitirlas como si fueran caramelos, sin IVA cuando sí debe ir, o metiendo operaciones que no cuelan ni en carnaval.
Meterle mano a los números: Inflar o desinflar la base imponible, ¡porque por algo somos "creativos", ¿no?!
Los falsos de toda la vida: Facturas inventadas, para engañar a Hacienda y al sentido común.

Lo mejor, amigo, es tener las cuentas claras y las manos limpias. Que con los impuestos no se juega, porque los sustos luego vienen grandes, y lo que hoy es un error, mañana te cuesta el café del desayuno... o algo peor.