En numerosas ocasiones hemos oido hablar del ahorro energético, de las bombillas de bajo consumo, de las toneladas emitidas de CO2... vamos a intentar aclarar y distinguir los distintos tipos de lámparas y bombillas, y los usos más recomendables para sacar el máximo rendimiento o ahorro enrgético de cada una de ellas.
Bombillas incandescentes:
Son las más comunes, las típicas de casquillo a rosca. Emiten una luz ligeramente amarillenta y cálida. Poseen un filamento de tungsteno que se ilumina al calentarse a 2.000 ºC. Gastan muchísima energía, de hecho solo aprovecha el 5% de la energía que consume, debido a ello está prevista su desaparación en el 2012.
A la hora de comprarlas son las más baratas pero tienen una vida útil muy inferior a cualquier bombilla halógena o de bajo consumo.
Un variante son las bombillas incandescentes reflectoras. Son las que tienen una superficie reflectora que nos permite dirigir la luz.
Bombillas halógenas:
La lámpara halógena es una variante de la lámpara incandescente pero con un filamento de wolframio que se calienta a mayor temperatura. Se pueden usar como luces ambientales y son ideales para utilizarlas con reguladores de intensidad.
La elevada temperatura que alcanzan estas bombillas obliga a tomar precauciones para evitar quemaduras si se manipulan encendidas. Asimismo debemos evitar tocarlas con los dedos, ya que el sudor o la grasa presente en la piel al calentarse puede dañar el cuarzo o el filamento.
Algunas de estas lámparas funcionan a baja tensión por lo que requieren de un transformador para su funcionamiento.
Fluorescentes:
Emiten una luz radiante. Consumen mucha energía solo al encenderlas, por lo demás tien bajo consumo de electricidad. Tienen una vida útil más bien larga. Son recomendables casi para cualquier uso, menos para zonas de descanso por el tipo de luz que dá y en ocasiones pued producir un parpadeo molesto.
Quizás la principal desventaja, y que todos hemos oido en alguna ocasión, es la presencia de mercurio en su interior y la toxicidad del mismo. Por ello la importancia de no romper ni tirar a la basura tubos fluorescentes, y llevarlos al punto verde más cercano para su posterior tratamiento.
Lámparas de bajo consumo:
realmente se tratan de fluorescentes compactas, pero popularmente las conocemos como "las de bajo consumo". Son como las fluorescentes pero con el tamaño de una bombilla clásica. Principalmente son recomendables para aquellas estancias que van a permanecer muchas horas con la luz encendida o si vamos a necesitar mucha intensidad de luz. Tienen una alta eficiencia lumínica. Una bombilla de 11w ilumina lo mismo que una tradicional de 60w
Al igual que las fluorescentes consumen mucha energía al encenderlas, pero por lo demás tiene un bajo consumo y una vida útil relativamente larga. Y decimos relativamente porque encenderlas y apagarlas con frecuencia reduce su vida útil.
LEDS:
Se estima que las bombillas led tienen una vida útil de 40.000 a 50.000 horas lo que vienen a ser unas 10 veces más que una bombilla halógena, aunque lo que no dicen que esa vida útil está condicionada a una correcta alimentación y disipación de calor si van dentro de una luminaria. De no ser así la vida útil disminuiría de manera drástica.
Por contrapartida el coste de estas bombillas sigue siendo un poco elevado, pero la rápida evolución de esta tecnología hace que poco a poco sean más asequibles para la iluminación de la vivienda.
Respecto a los detectores de movimiento... son realmente cómodos, ahora teneis uqe poner en una balanza el coste de la inversión respecto al verdadero ahorro que pueda suponer.
Un saludo y suerte con la reforma.