Queridos vecinos,
Como el nuestro es –como no podía ser menos- un patio de vecina/os, ya me he enterado de que a hay quien dice por ahí que “manolitoymanolita” deben vivir en el 14 bajo A. Sí, así es: viven aquí y los tres nos llevamos la mar de bien.
Y como en la junta de vecinos ya dejamos claro lo que opinábamos de las cutxipandas vecinales, no nos vamos a repetir. Sólo queremos dejar claro lo que, a nuestro entender, es necesario para que este tema (al igual que otros) no se nos vaya de las manos: normalizarlo, o sea, crear unas Normas. Normas como las que rigieron la colocación de las vallas (y únicas religiosamente cumplidas hasta hoy), las que se plantea redactar para las pérgolas, etc. Y estas normas deberían ser sometidas a votación y, una vez aprobadas (por mayoría, no jodamos con la unanimidad…), cumplidas, y punto. ¿Suena germánico? Puede que sí, pero este método –que algunos llaman democrático- es, hasta hoy, el menos malo de los sistemas conocidos para que los humanos podamos convivir en una especie de armonía. Y de eso se trata, no? De armonía entre todas las Personas independientemente de que éstas formen modélicas familias con niños o se agrupen como les apetezca: amigos que se quieren, clubes de jubilados, fundamentalistas del botellón, miembros de una secta, compartidores de canabis, mormones, cristianos, buditas, musulmanes, practicantes de orgías, amantes de la filatelia o la zoofilia… grupos de personas, de entrada, absolutamente respetables.
Ah, para que todos puedan “disfrutarlas”, una de las Normas que propongo es la rotación periódica en la ubicación de las fiestorras. Si tan cívicas y exentas de vidrios rotos van a ser, no tiene por qué haber problemas aunque éstas se hagan en el jardín.
Y... viva la armonía!!!