Con mucha frecuencia, por no decir todos los días, me encuentro abiertas las puertas de acceso al garaje desde los ascensores. Me gustaría recordar a todos los vecinos que estas puertas son cortafuegos, y que para ser eficaces es fundamental que ambas estén cerradas.
En caso de incendio, con las enormes temperaturas que producen vehículos incendiados (tapicería, pinturas, gasolina, etc...) la velocidad de propagación del fuego hacia las viviendas es enorme cuando no se respeta la medida anterior.
Dejando estas puertas abiertas debilitamos de forma muy importante el primer sistema de defensa contra el fuego que debe ponerse en un edificio de viviendas: las barreras anti-incendio.
Para aquellos que sencillamente “pasan” de tener cuidado, les felicito por vivir plácidamente en su ignorancia o en su dejadez. No obstante, que tengan en consideración que sus viviendas también están encima de ese posible foco de incendio que llamamos garaje. Quien presencia un incendio en una vivienda no lo olvida, os lo puedo asegurar.
¡Por favor! ¡Mantengamos cerradas las puertas cortafuegos!