No me sorprende que los robos hayan sido presuntamente realizados por cualquier vecino. En la urbanización donde ahora resido en Madrid tuve que sufrir el robo presuntamente perpetrado por el hijo adolescente del vecino de mi chalet adosado.
Con menos de 18 años le ley no cae con todo su peso sobre los adolescentes conflictivos de nuestros tiempos. Y ello anima a los audaces jóvenes chorizos. El padre de esta joya de juventud podrida se mudó con su hijo chorizo a otros lares a las pocas semanas de presentar mi denuncia en la policia de Alcobendas,
Por otra parte, en las urbanizaciones expuestas a estos temas se ha extendo un sistema de lectura de matrículas de coches que entran y salen del recinto vigilado. Y mientras tanto la guardia civil sigue centrada en las placas de matrículas que circulan en carretera, friéndonos con multas de tráfico.
Es vital presentar las denuncias de robo en el cuartel de la guardia civil más próximo. Si hay lluvia de denuncias es posible que en lugar de perseguir al ciudadadno decente y solvente, se de comienzoz a perseguir lo que realmente nos importa, al chorizo.
De fracasar lo anterior, se impone la movilización de patrullas vecinales como ya se hiciese en otros tantos lugares de la geografía española. Las patrullas no serian armadas, por supuesto, pero el conocimiento de su existencia intimida a quienes se sienten impunes cometiendo estos robos en viviendas. Volvemos a los tiempos del salvaje oeste americano.
Editado por lapcuerdo 27/02/2012 13:20
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