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Edición del lunes, 20 de marzo de 2006conectarsuscríbase
ELPAIS.es > el archivo > Hemeroteca > Edición impresa > Autonomías > Cataluña Tabasa asumirá la gestión y la explotación del túnel de peaje de la Conreria
La nueva vía, de cuatro carriles, enlazará Badalona con Mollet del Vallès
FRANCESC ARROYO - Barcelona
EL PAÍS - 20-03-2006
El proyecto del túnel de la Conreria ya está en marcha. El pasado lunes se publicó el encargo del estudio previo en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGC). Ha sido para la empresa Tabasa. La medida prefigura el futuro. Tabasa (empresa pública que gestiona el túnel de Vallvidrera) será también la encargada de la gestión del túnel de la Conreria, que será de peaje. Sin embargo, la empresa no ejecutará la obra, sino que se encargará de adjudicarla a una constructora, reservándose para sí únicamente la gestión del peaje, entendido como un factor que regule la movilidad.
La empresa Tabasa (Túneles y Accesos de Barcelona, SAC) se halla desde hace algunos años en una situación incómoda: tiene beneficios. Esto, que es el sueño de cualquier compañía, resulta para Tabasa un quebradero de cabeza porque, por ley, no puede tenerlos. Habría una solución para que la empresa entrara en números rojos: que rebajara drásticamente los peajes del túnel de Vallvidrera. Pero, claro, en este caso el remedio sería, al menos, tan malo como la enfermedad. Esta vía de acceso a Barcelona está ya colapsada, siendo de pago, en las horas punta de los días laborables. Rebajar el peaje tendría como consecuencia un incremento insoportable del tráfico.
Hay una segunda solución. Que Tabasa haga alguna otra obra y se endeude, de modo que, aunque gane dinero en los túneles de Vallvidrera, la cuenta global vuelva a ser negativa. El Gobierno de CiU intentó que asumiera la construcción del túnel de Horta. El problema es que el proyecto nunca prosperó. Y el actual Ejecutivo mantiene esa obra en la nevera. La solución encontrada por el equipo que encabeza Joaquim Nadal, consejero de Política Territorial y Obras Públicas, es que se haga cargo de las obras de otro túnel de peaje: el de la Conreria.
El encargo que figura en el DOGC no es exactamente el de la obra, pero prefigura el futuro, según reconocieron a este diario fuentes del Departamento de Política Territorial. "Tabasa es una empresa pública y el Gobierno puede hacerle los encargos que considere oportuno", explicó un alto cargo del departamento.
El encargo actual es el del estudio informativo y el impacto ambiental. En paralelo, se encarga a Tabasa que realice un estudio de la movilidad general ente la zona norte de la comarca del Barcelonès y el área del Maresme. El importe de estos estudios, con un plazo de ejecución de ocho meses, es de 815.000 euros, pero el monto global del túnel y el resto de la carretera exigirá una inversión de unos 350 millones de euros.
Los proyectos con los que trabaja Tabasa incluyen dos corredores posibles. Uno, situado en la zona norte, parte del punto en el que coinciden la carretera B-500 y la B-20, y el otro, ligeramente más al sur, arranca de la B-20 y la carretera de Pomar. Éste tiene una longitud de 7,7 kilómetros, 300 metros más que el situado al norte.
En ambos casos, la longitud del trayecto es de 10 kilómetros y la del túnel, que resulta invisible desde las zonas habitadas de Sant Faust de Capcentelles, de tres kilómetros. El cauce del Besòs se salvará mediante un viaducto.
El Gobierno catalán basa el encargo hecho a Tabasa en la capacidad de la empresa para gestionar vías de comunicación en los accesos de Barcelona. Porque, en realidad, esta nueva carretera actuará como factor de estabilidad en el tráfico de entrada y salida a Barcelona por la zona norte.
Las comunicaciones entre el Vallès y el Maresme topan siempre con la sierra Litoral, y la función de este túnel es salvar el escollo entre dos comarcas que han cambiado radicalmente de composición en los últimos años. El Maresme es hoy una de las zonas residenciales más potentes del área metropolitana y muchos de sus residentes trabajan en la comarca vecina del Vallès, pese a la escasez de comunicaciones.
El Gobierno catalán se ha planteado incluir en el encargo una segunda obra, relacionada también con los accesos de la zona norte: el carril segregado para transporte público en la autovía que une el nudo de la Trinitat con Terrassa y Sabadell.
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