Desde luego, qué engañada estoy!!!. Y yo sin saber que no había diferencia alguna entre la Castellana o Pozuelo y Perales del Río. Que las históricas reivindicaciones del sur frente al norte no son más que una patraña y un mito que se han inventado unos pocos frustadillos envidiosos que visten de Boss de mercadillo. Y que el maravilloso sur nada tiene que envidiar a esos desastrosos barrios del norte, donde se acinan horrorosos jardines y zonas verdes, espeluznantes instalaciones deportivas, deleznables colegios públicos, inconcebibles servicios de transporte -también público-, abominables servicios de limpieza...
Por Dios!!! Pero qué barbaridad pretender que al sur llegue todo eso, si ya contamos con agradables depuradoras, preciosas y cuidadas áreas verdes, puntual, variado y estupendo servicio de transporte público... Si disponemos de una amplísima oferta de comercio, servicio sanitario... Y, además, en Perales, tenemos la gran suerte de gozar de un acceso repleto de bondadosos e hiperhonrados chavolistas, que mantienen sus bellas viviendas en un estado de salubridad y limpieza que ya quisieran en El Pardo!!!
¡Qué poco sentido de la realidad y que nula visión de contorno/entorno!!!
Y para autoconvencer de mi craso error, he recurrido a las matemáticas, que suelen ser infalibles, en un intento arduo por salir de áquel.
En Perales del Río somos 12.000 habitantes (sin contar a los drogatas, putas y ventorranos, que no están censados). En Pozuelo de Alarcón son 79.581 almas. Sólo en el distrito de Salamanca, en Madrid, hay 150.000 vecinos. En fin, que tocan a bastantes menos putas, drogatas y traficantes por vecino que nosotros. Y además no tocan a ningún ventorrano per cápita (no saben lo que se pierden!!!).
Convencida, soy feliz por haber tenido la gran suerte de nacer pobre y vivir en el sur de Madrid, donde nunca me voy a topar con Mardoff.