Fue uno de los coches que roban nuestros vecinos del ventorro, y que después queman para eliminar huellas. Normalmente los prenden fuego al lado de las chavolas, pero esta vez han elegido otro emplazamiento. Se ve que les venía bien la zona después de unas cuantas carreritas ilegales a velocidades de vértigo.
En fin, es lo que tienen estos simpáticos, cívicos y honrados ciudadanos que tenemos al lado. Y lo peor es que, con la crisis, dicen que van a aum proliferar los focos chavolistas. ¡Lo que nos faltaba!