Como no arreglemos el tema de la seguridad ....
¿Quién es el okupa que lleva 15 años viviendo en un trastero y molestando a los vecinos?
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acabaremos así ...
LOS VECINOS LE HAN DENUNCIADO
Un ´okupa´ lleva malviviendo 15 años en el trastero de un edificio "almacenando basura"
Los vecinos del número 578 de la madrileña calle Alcalá han denunciado que, desde hace más de quince años, un individuo malvive en un trastero de su bloque "almacenando basura, haciendo agujeros en el tejado para poder respirar" y haciéndoles la vida imposible por los continuos desperfectos y destrozos que ocasiona. En su defensa, el inquilino del trastero, Gregorio Hurtado, señaló en declaraciones a Europa Press que él siempre ha contado con el apoyo incondicional de la mayoría del vecindario --personas de muy avanzada edad casi en su totalidad--, ya que conocen su historia y las condiciones en las que vive, y desean que siga "siendo artista".
El trastero en el que malvive Gregorio desde 1990 (momento en el que fue expropiado de su vivienda del cuarto piso) es un espacio de cerca de 20 metros cuadrados, repleto de envases usados, telas arrojadas por el suelo, cubos de pintura, lienzos a medio rematar, restos de comida y todo tipo de basura. Además, carece de corriente eléctrica, de agua y algo parecido a un cuarto de baño o retrete.
A esta precariedad, una de las vecinas que vive justo debajo del trastero de la discordia, Sofía Unga, sumó que Gregorio se dedica sistemáticamente a molestarles llegando incluso a "picar" en su techo por las noches.
"A él le expropiaron y desde hace muchos años vive en el trastero de forma ilegal, con material peligroso, trastorna mucho la vida de la comunidad porque no es una persona tranquila sino que se dedica por ejemplo a romper cosas del inmueble y a picar en su suelo que es mi techo", explicó.
"ESTAMOS DESESPERADOS"
Preguntada por qué medidas han adaptado contra Gregorio Hurtado desde que adquirieron su vivienda, Sofía comentó que tras muchas denuncias a diferentes administraciones ahora están desesperados porque ya no saben a quién recurrir.
"Estamos desesperados porque hemos puesto denuncias en la Junta Municipal de San Blas, en los servicios sociales, en la policía local en reiteradas ocasiones, en los juzgados de Plaza Castilla... Ya no sabemos a quien dirigirnos y estamos desesperados", señaló añadiendo que no obstante, no se rinden, y han decidido que el próximo paso será "ponerle un pleito por lo civil".
A todos las trastornos que les causa, Sofía sumó el miedo diario a que ocurra algo más grave, porque tal y como dijo "tiene el síndrome de diógenes y no está en plenas facultades mentales". "Es un individuo peligroso y no debe estar ahí", agregó.
"Cualquier día estallamos por los aires, tiene bombonas de butano y un cúmulo de basura de dimensiones impresionantes. Además, ha roto todo el tejado porque como no tiene luz ha destrozado la tela asfáltica porque es la única forma que tiene de respirar y estar ahí", añadió.
LA VIDA DEL ARTISTA
A todas estas acusaciones, el inquilino del trastero respondió argumentando que la buhardilla --él la califica de pequeño estudio para pintar-- es suya y que por lo tanto puede estar ahí el tiempo que quiera.
"En el 1989 me trasladé a la buhardilla para olvidarme de la antigua casa, pero hay mucha violencia en la escalera, hay gente que me apoya, que quiere que siga viviendo aquí, que continúe pintando, que siga siendo artista, pero hay otros que parece ser que les molesta", comentó.
Preguntado por cómo sobrevive en una situación tan precaria, Gregorio, de 44 años, subrayó que es pintor, y por lo tanto se dedica "a pintar". "No recibo ayudas, tengo que mantenerme solo porque no tengo padres. Desde los 16 años he tenido que trabajar, he estudiado, trabajado y soy artista, y esto no es fácil", apostilló.
"COMO ESTUDIO ESTÁ MUY BIEN"
En cuanto a la electricidad y demás carencias, Gregorio hizo hincapié en que ninguno de estos servicios básicos le es necesario en su día a día. Así, relató que nunca utiliza luz interior y cuando la necesita pues usa "unas pilas", y para cubrir sus necesidades de agua sale del piso a buscarla.
Con todo, y a pesar de que aseguró que "como estudio está bastante bien", Gregorio ha intentado en el pasado buscar una solución a su problema. "Pero hoy no veo más salida que seguir aquí ; los asistentes sociales me intentaron ayudar pero no han podido porque hay mucha gente mayor esperando ayudas y nunca me ha llegado el turno", recalcó.
Mientras llegan más pleitos y los vecinos se movilizan de forma conjunta para conseguir echarle del trastero, Gregorio continua dejando el tiempo pasar en compañía de sus cuadros, de los que aseguró que vive.