HUERFANOS DEL POCERO
¿Qué está pasando en Seseña con el Pocero y el alcalde?
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El Correo Digital
El visitante aún permanece absorto en la contemplación de la rotonda, coronada por la estatua de los padres del 'Pocero' en actitud cariñosa, cuando le salen al paso dos pancartas. «Alcalde, ya nadie te cree, mentiroso. ¡Dimite!» y «Fuentes (el alcalde), cada vez que sales en la tele Seseña vale menos. ¡¡¡Por qué no te callas!!!». Así que éste es el famoso barrio de El Quiñón, en la localidad toledana de Seseña, en la que el promotor Francisco Hernando ha levantado una urbanización que ha convertido en homenaje a sí mismo: el parque con estanque se llama como su mujer, María Audena, y a la entrada, una especie de monolito recibe con el nombre del residencial... el suyo, claro.
«Y no sólo eso -protesta el alcalde, Manuel Fuentes (IU)-, también nos ha pedido que le nombremos hijo predilecto, que le demos la medalla de oro al mérito del trabajo y que le pongamos una calle. Y encima ahora dice que abandona el residencial sin terminar las obras». «Tiene fijación y animadversión por mí -prosigue-. Incluso he llegado a recibir amenazas anónimas diciéndome que me van a llevar al patíbulo si sigo metiéndome con él, cosa que es totalmente falsa. Hasta he leído en algún medio de comunicación que ha comprado a la asociación de vecinos». En el barrio al que algunos llaman 'pocerolandia', un residente le responde enfadado: «Es él, el alcalde, quien tiene paralizado todo, y el 'Pocero' no nos va a abandonar. Que no piense sacar ni un voto nuestro».
Seseña está dividido en cuatro zonas -Seseña, Seseña Nuevo, Vallegrande y El Quiñón-, pero tiene el corazón 'partío' en dos: a favor o en contra del 'Pocero'. O del alcalde. Todo depende. Aquí todo se mide en clave del bueno y el malo, versión manchega del spaghetti-western. Hasta el lugar donde se alza este conjunto de bloques -que suman 5.600 viviendas- y varios solares vacíos recuerda a la árida llanura almeriense. El 'secarral' al que siempre se alude al hablar de El Quiñón es algo que molesta y mucho a los 2.500 nuevos vecinos que han ido llegando desde que se inauguró esto, hace dos años. Tampoco se diferencia tanto de otros nuevos barrios de Madrid; además, cerca de estos campos arenosos o dedicados a cultivos que aguantan bien el secano como el olivo, pasan el Tajo y el Jarama, eso sí, bastante contaminados.
Tras la jornada habitual de trabajo, los vecinos regresan, muchos de ellos desde Madrid, a la urbanización y dan vidilla a la zona, aunque el resto del día las calles, con nombre de pintores famosos, parecen desiertas a pesar de los autoservicios, bares, centros de estética, una ferretería, un locutorio, una pizzería y hasta un bazar chino. También tienen un colegio donde estudian 130 chavales. Previsto está el centro de salud y falta la iglesia; en el solar donde estaba proyectada sólo hay arena y hierbajos. El motivo lo explica Alfredo Urdaci, responsable de prensa del 'Pocero': «El alcalde dijo que si daba licencia para una iglesia católica, habría que hacer mezquita, sinagoga... En cuando a que no hay gente, así empiezan todos los nuevos barrios».
Las obras que faltan
Urdaci ha venido a dar la cara por su jefe porque, informa, éste está fuera de España, encargándose de sus proyectos en Guinea -donde planea levantar 36.000 viviendas- y Arabia Saudí, razón por la que algunos aseguran que deja Seseña. «Se quiere marchar y abandonar a los vecinos», protesta el alcalde. Pero Urdaci afirma que no es cierto: «No se va a ningún sitio. Aquí no le dejan hacer y se va a construir a otro sitio. Cuando le dejen, volverá. La gente habla desde el desconocimiento. La ministra de Vivienda dijo que se ocuparía de los vecinos afectados por la marcha de Hernando, como si fuera el típico caso de constructor que huye con el dinero, pero todos los que pagaron tienen su piso».
En un culebrón que viene de lejos, la novedad ha sido el anuncio, la semana pasada, de que el 'Pocero' entregaba la urbanización al Ayuntamiento después de expirar el plazo de cinco años previsto para la culminación de un proyecto aprobado en pleno en 2003. Contemplaba levantar 13.500 viviendas, 10.000 de ellas por el 'Pocero'. Esto suponía que Seseña, entonces con 11.000 habitantes, podría superar los 50.000 si se habitaban todas las viviendas proyectadas -en febrero de 2008 la cifra de empadronados se situó en 14.523-. Pero el plan está paralizado. A día de hoy, Hernando sólo ha construido 5.600 -no tiene licencia para el resto, aunque él la pide-; de las que 2.600 fueron compradas por particulares para vivir en ellas o especular, y otras 2.000 están en manos de un puñado de bancos -el Santander, Caja del Mediterráneo, Caixa Nova y Caja Duero-, que se hicieron con ellas, según el 'Pocero' a precio de tasación para invertir, y según sus críticos como canje por préstamos impagados.
Lo que pasa en Seseña es tan complicado que hay que simplificar mucho para llegar a entender mínimamente la situación. Al término de esos cinco años previstos por convenio, el promotor entrega el proyecto al Ayuntamiento y si quedan asuntos pendientes se puede acordar una prórroga o dar las obras a otro. El edil dice que ya ha ofrecido un acuerdo para darle la prórroga al 'Pocero' y que éste se ha negado. El promotor alega que quien tiene que pedir la prórroga es el culpable del retraso, a su juicio, el alcalde. Y faltan tres cosas. Una: la canalización de agua para esas 2.000 viviendas que permanecen cerradas y sin licencia de habitabilidad -el Ayuntamiento otorgó esta obra a otra empresa que también las ha dejado sin acabar-. Dos: el desvío de la red de alta tensión. Y tres: la conexión del barrio con la autopista. Estas dos obras están pendientes de expropiaciones.
La mala fama
El 'Pocero' recrimina al alcalde Fuentes por «retrasar las gestiones necesarias para obtener las expropiaciones y así las licencias necesarias para terminar». Fuentes dice que el promotor se escuda en un enfrentamiento que por su parte «no existe» y que los trámites requieren su tiempo. Y en medio, los vecinoslamentan la mala fama que se han ganado con este embrollo. Aún colea una denuncia de la Fiscalía Anticorrupción contra el anterior alcalde socialista -él aprobó el plan de urbanismo que luego fue revocó y vuelto a aprobar por el nuevo gobierno municipal- por prevaricación, cohecho y delito fiscal.
«Siempre nos preguntan: '¿Es cierto que estáis viviendo sin agua?'. Por favor, tenemos agua, luz, gas... todo lo que necesitamos», se queja Cristian Gómez, uno de los paisanos que frecuentan el bar La Caña. Compró hace año y medio un piso de 105 m2 útiles con dos terrazas por 200.000 euros, similar al de su compañero de dardos, Fernando Bueno, que propone hasta una manifestación: «Todo el mundo tiene una idea terrible de esto, lo han tergiversado todo. Y los intereses que puede haber aquí se nos escapan. Nosotros no entendemos lo que está pasando, pero el alcalde está haciendo la vida imposible al 'Pocero'».
«Sácame con mi nombre -dice Eugenio Pérez-, cada vez que he hablado contra el alcalde me han censurado. Él tiene la culpa de que las cosas están estancadas». María Mateiciuc, que se ha comprado un piso con su novio, trabaja aquí de camarera y, aunque reconoce que no entiende lo que pasa, ve que el ambiente está caldeado: «El alcalde es el malo malísimo. Yo no sé, pero eso es lo que todos dicen». «No tiene voluntad de arreglar las cosas, ha estado en contra de este residencial desde el principio», afirma Felipe Sancho, padre de uno de los propietarios y ex concejal socialista.
También hay voces más equidistantes, como la del presidente de la Asociación de Vecinos de El Quiñón, Juan Domínguez: «La culpa la tienen ambos al 50%. Y nadie nos ha pagado nada, somos independientes. Creemos que ninguno busca enfrentamiento; el alcalde tiene un talante dialogante y el 'Pocero' no nos va abandonar, nos lo ha dicho. El asunto es complicado y nadie se entera de nada. ¡Ni siquiera nosotros! Pero le hemos propuesto a Fuentes una reunión de todas las partes implicadas y ha aceptado. No nos levantaremos de la mesa hasta que esto no se solucione.