Días atrás he leído con incredulidad una carta dirigida a los vecinos por el Excmo. Alcalde de Seseña, en donde culpa al pocero de los problemas con la iluminación de las calles del Quiñón, cuestión en la que estoy de acuerdo con el Alcalde, pero no puedo compartir la demagogia que utiliza, ya que como siempre nos toma a los vecinos como rehenes de sus disputas y describe el Quiñón como si fuera el bronx y a los vecinos unos delincuentes que tenemos como deporte el asalto a las furgonetas de reparto, aprovechando la poca iluminación. Y justifica el, a mi entender, deficiente trabajo de la policía local en relación con la vigilancia de los perros peligrosos, basándose en que, debido a la poca iluminación, no ven que vecinos llevan a sus perros peligrosos sueltos, con lo fácil que es bajarse del coche acercarse y verlo.
Es una carta con un cúmulo de chorradas tales que llegan a ser insultantes para nosotros.
Me importan un bledo las peleas del Alcalde con el Pocero, por mí que se vayan los dos, que poco bueno han hecho por nosotros.